Claro es que no hay mujeres a las que no haya que sacarles todo con sacacorchos:
* Mujer de morros *
H- Qué te pasa que te veo disgustada?
M- Nada.
H- No me lo parece.
M- Pues no sé, dímelo tú.
H- Ni idea, pues nada ya se te pasará o te dará por contármelo.
M- Ah muy bonito que pases de todo, no hay comunicación, tú sabrás. Sois todos iguales.
(Introducir música ominosa) Y todo es porque los HOMBRES están terriblemente influenciados por una cultura heteropatriarcal que les PROHÍBE hablar de sus sentimientos o mostrarse débiles.
El hecho de que nadie en su sano juicio pueda recordar a ningún educador, padre o madre, o mensajes del gobierno, que se atreva a decir a su hijo que no exprese sus sentimientos, debe ser resultado de alguna especie de programación de agentes durmientes al estilo KGB o Hydra.
Menudo montón de sandeces que se tienen que leer, mujeres y hombres cerrados como ostras los ha habido y habrá siempre, al igual que lo contrario que no se callan ni debajo del agua y tienen que explicarte hasta cómo se sintieron y a qué inspiración superior de la existencia llegaron al ver una paloma aplastada en la calle.
Mi teoría escrotal, igual que la del OP y la de la inmensa mayoría de aquí, es que ese mito de los hombres fuertes vendría de tiempos de guerra donde la moral de la tropa pendía de un hilo y no podías permitirte que cundiera el pánico o la baja moral en tus filas, o te costaba la vida. De ahí que necesitaran héroes incólumes con los que la tropa podría identificarse y manter el juicio y las fuerzas para sobrevivir (Enemigo a las puertas es un ejemplo de película con estas tácticas).
Ahora, que de ahí quieras vender una especie de conspiración machomasónica en la sociedad actual, va un trecho. A menos que sirva para reforzar un discurso en particular.