Yo creo que debe haber un equilibrio entre varios factores:
La autoridad:
Es muy importante, los roles tienen que estar muy claros y saber que los que mandan son los padres, profesores, abuelos, etc…pero sobre todo y por encima de todo los padres. Cómo consiga cada uno esa autoridad es cosa suya: Castigando, dialogando, imponiendo, pegando, etc… Nos os quitéis autoridad discutiendo al mismo nivel que los niños, ni contradiciendo a padre, madre, profesor o abuelo. Los niños deben pensar que los adultos somos un bloque compacto y que opinamos igual en lo fundamental. Si el profesor, o el abuelo le castigan respalda ese castigo al 100% aunque no estés de acuerdo, luego hablas con ellos a solas y aclaráis el asunto pero nunca delante del niño.
Respeto:
Este no se puede imponer, este se debe ganar. Sé una persona de palabra, cumple siempre las promesas y los castigos (por mucho que te duela). Los castigos y los premios, si se cumplen, tienen como consecuencia que mas adelante las amenazas de castigo o las promesas de premio serán suficientes para que el niño siga por el buen camino ya que tiene la experiencia de que cumples lo que prometes. Tienes que ayudar a que tu hijo sea una persona respetable dando ejemplo, es difícil pedir hacer algo que tú no haces.
Confianza :
Los niños confían ciegamente en sus padres desde que nacen. Debemos evitar que esta confianza se pierda ayudándoles y demostrándoles nuestro apoyo cuando tengan un problema. Además de reforzar la confianza mutua, debemos ayudar a que refuercen la confianza en ellos mismos animándoles a conseguir retos y ensalzando sus logros.
Amor:
Siempre va a estar ahí, pero hay que demostrarlo: Besos, abrazos, pequeños detalles…
Creo que con estas 4 cosillas se consigue casi todo. ¿es fácil? No.