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juanlured escribió:por que los humanos somos malos por naturaleza
GAROU_DEN escribió:no.te pasa a menudo?a ver si vas a sufrir un brote psicotico.
javitronik escribió:GAROU_DEN escribió:no.te pasa a menudo?a ver si vas a sufrir un brote psicotico.
No hombre, tanto como a menudo tampoco, pero cuando pienso así pues me rayo un poco... por cierto, no me ha gustado eso del brote psicótico, ¿Qué es exactamente?
¿pero eso con quien lo piensas?¿ con gente que te a hecho algo o no? nose tio,hay mucha gente en verdad sicopata,lo que los frena son las represalias de la ley/gente ,no tienes nada mas que ver cuando se forma una guerra la panza de hijos de puta que salen del agujero haciendo maldades,y tu alomejor ni te pensabas que esa persona podria ser asi,hay otros alomejor que solo se mueven con el rencor o la venganza,otros que ban de frente,otros que na de na,ay mucha gente que parece mala y luego no lo es,nose jeje me estoy liandojavitronik escribió:juanlured escribió:por que los humanos somos malos por naturaleza
Pues... casi que me has convencido... pero... ¿No me podrás negar que hay ser humanos que nunca harían nada malo?
Puede ser también por el morbo ese de lo prohibido... no se... yo me decantaría mas por ese lado.
Gracias compañero y saludos.
juanlured escribió:por que los humanos somos malos por naturaleza
israel escribió:juanlured escribió:por que los humanos somos malos por naturaleza
Eso es 100% falso, solo debes pensarlo 1 minuto. Si fueramos malvados por naturaleza ya nos hubiésemos extinguido.
Por cierto, ser egoista no es ser malvado: es ser racional. No hay nada de malo en el egoismo.
Todos queremos ante todo nuestro propio bien, ese es nuestro instinto de superviviencia y gracias a el evolucionamos. Es muy positivo.
De hecho, las personas racionales prefieren el beneficio mutuo a la violencia porque es lo mas conveniente. Y la realidad es una prueba de ello: hay muchas mas transacciones comerciales que robos, mucha mas paz que guerra, muchos mas abrazos que puñetazos. La bondad es lo normal, es lo habitual y esperado.
Si lo normal fuera lo malo, entonces en el periódico solo saldrían buenas noticias.
javitronik escribió:Pues eso, que hay veces que no se porqué no controlo mi mente, o será otra cosa, no lo se, que me da por pensar en cosas malas, en el sentido de, mentalmente, verme a mi haciendo o a otra persona cosas malas que nunca llevaría a la práctica, claro está. El caso es que no me gusta cuando lo hago, pues al ser cosas repugnantes, me siento mal después.
Ya se que es un poco paranoico el tema pero era para saber si a algún Eoliano le pasa lo mismo o el porqué nos juega esas malas pasadas nuestra mente.
Un saludo y gracias de antemano compañeros,
;)
GAROU_DEN escribió:asi que veis normal imaginar que asesinais personas?
Lockez escribió:A mi lo q me pasa a veces estar hablando con alguien y a lo mejor se me va la cabeza y me imagino pegando una patada, puñetazo a alguien al que sea que este delante mio alguna vez creo q me rio interiormente imaginandome la escena , yo creo que estoy semitarado de la combinación de frikadas que leo, veo y juego y quiza el estres ayuda tambien xDD, aunque de momento no he echo a nadie nada y no ocurre con frecuencia xD
vamega escribió:Yo creo que pensar esas cosas es normal, lo no normal seria llevarlas a cabo. Parece un poco raro pero es así, somos personas y como tales creo que estamos sujetos a esos pensamientos.
Trastorno obsesivo-compulsivo.
De Wikipedia, la enciclopedia libre.
El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad (como la agorafobia, la fobia social, etc). El descubrimiento de que algunos fármacos son eficaces en el tratamiento del T.O.C. ha cambiado el punto de vista que se tenía de esta enfermedad. Hoy no sólo existen terapias eficaces sino que también hay una gran actividad investigadora sobre las causas que producen esta enfermedad y una búsqueda de nuevos tratamientos.
Una persona con T.O.C. se da cuenta de que tiene un problema. Normalmente, sus familiares y amigos también se dan cuenta. Los pacientes suelen sentirse culpables de su conducta anormal y sus familiares pueden enfadarse con ellos porque no son capaces de controlar sus compulsiones. Otras veces, en su deseo de ayudarles, pueden aparentar que los síntomas no existen, justificarlos o, incluso, colaborar en sus rituales (acción que se considera contraproducente).
Los síntomas y la importancia que implica el T.O.C. pueden presentarse a cualquier edad, teniendo una mayor prevalencia desde la adolescencia, pudiendo producir una importante discapacidad: la OMS lo incluye entre las 20 primeras enfermedades discapacitantes con una prevalencia del 0,8% en los adultos y del 0,25% en niños y adolescentes, y entre las 5 enfermedades psiquiátricas más comunes. Las personas que padecen T.O.C. no son enfermos mentales per se, y deben ser tratados con la mayor ética profesional.
Definición
El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un síndrome psiquiátrico perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad caracterizado por:
* Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son egodistónicos, es decir, que no son experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y que son vividos como repugnantes o sin sentido. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin conseguirlo.
* Compulsiones: son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura, relacionados con la obsesión en cuestión, por lo que su realización reduce la ansiedad provocada por la última. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma realista con lo que se pretende impedir o provocar, o bien puede ser claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistir a la compulsión, por lo menos inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no obtiene placer en llevar a cabo esta actividad, aunque ésta disminuye la ansiedad provocada por su obsesión. En las personas que sufren este tipo de desorden, el pensamiento aparece dominado por una idea intrusiva o secuencia de ideas, que buscan apagar con comportamientos rituales, casi siempre muy caprichosos. Son plenamente conscientes de su trastorno, que es vivido como un malestar y puede estar asociado a un sentimiento de culpa o de vergüenza.
* Las obsesiones y las compulsiones: son una fuente significativa de malestar para el individuo o interfieren en su funcionamiento social.
* No debe confundirse con los desórdenes fóbicos.
* El trastorno obsesivo-compulsivo estadísticamente es igual de frecuente en varones que en mujeres.
Tipos de T.O.C.
Dentro del T.O.C. se pueden diferenciar como más comunes:
* Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones relacionadas con la contaminación a través de determinados objetos o situaciones.
* Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva con el propósito de evitar que ocurra una determinada catástrofe.
* Repetidores: son aquellos individuos que se empeñan en la ejecución de acciones repetitivas.
* Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean estén dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones simétricas.
* Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse.
* Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivos, llamados compulsiones mentales, con el objeto de contrarrestar su ansiedad provocadora de ideas o imágenes, que constituyen las obsesiones.
* Numerales: buscan sentido a los números que les rodean; sumándolos, restándolos, cambiándolos hasta que les da un número significativo para ellos.
* Filosofales: Con tendencias algo inciertas. Viven en un proceso metafísico del que no pueden desprenderse. Incompatibles con los numerales.
* Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante, a diferencia de quienes sufren los demás tipos de T.O.C., no se entregan a comportamientos reiterativos de tipo físico, sino a procesos reiterativos únicamente mentales.
* Sexuales: pensamientos sexuales recurrentes, abarcan todas las particularidades y conductas sexuales, como: ideas infundadas sobre tener disfunciones sexuales o no ser apetecible.
* Orientación Sexual: es el Trastorno Obsesivo Compulsivo que se refiere específicamente a dudas, ideas fijas y compulsiones acerca de la sexualidad.
Causas de los síntomas del T.O.C.
Varias teorías sugieren una base biológica para el trastorno, y actualmente una serie de estudios está explorando esta posibilidad. La Tomografía de Emisión Transaxial de Positrón (T.E.T.P.) y otras técnicas de representación del cerebro han sugerido que pueden existir algunas anormalidades en el lóbulo frontal y en los ganglios basales que influyen en los síntomas del T.O.C. Meta-análisis recientes de los estudios de voxel-based morphometry que comparan personas con T.O.C. y controles sanos han encontrado que las personas con T.O.C. presentan un aumento bilateral del volumen de sustancia gris en los núcleos lenticulares, extendiéndose a los núcleos caudados, mientras que una disminución del volumen de materia gris en los giros frontal medial dorsal/cingulado anterior bilaterales. Esto contrasta con los hallazgos en personas con otros trastornos de ansiedad, que presentan una disminución (en vez de aumento) bilateral del volumen de sustancia gris en los núcleos lenticulares / caudados, mientras que también una disminución del volumen de materia gris en los giros frontal medial dorsal/cingulado anterior bilaterales.
Otros estudios parecen indicar que pueden estar implicadas anormalidades en ciertos neurotransmisores (los mensajeros del cerebro). Uno es la serotonina, que se cree ayuda a regular la disposición de ánimo, la agresión y la impulsividad. También es el encargado de mandar la información de una neurona a otra, proceso que parece ser está "ralentizado" en las personas con T.O.C. Las neuronas que responden a la serotonina se encuentran en todo el cerebro, pero especialmente en los lóbulos frontales y en los ganglios basales.
La concentración cerebral de serotonina es mayor en los varones que en las mujeres. Esto hace que los psicofármacos (como un Inhibidor de la recaptación de serotonina, I.S.R.S.) actúen mejor en ellos.
Últimos estudios revelan que, aunque el nivel de serotonina sea mayor en los varones, no es reflejado en el T.O.C ya que la incidencia de este trastorno no se ha analizado correctamente bajo las bases del IIS.
Tratamientos del T.O.C.
Las investigaciones clínicas y los experimentos que se llevan a cabo han generado información que ha favorecido el uso de tratamientos tanto farmacológicos como cognitivo-conductuales que pueden beneficiar a la persona con T.O.C. A un paciente le puede favorecer significativamente una terapia conductista (generalmente aquellos en los que predominan las compulsiones), mientras que otro puede beneficiarse de la farmacoterapia (normalmente recetada a pacientes en los que predomina un trastorno obsesivo incapacitante). Otros pueden usar tanto medicación como terapia conductista. También hay quien puede empezar con medicación para ganar control sobre sus síntomas y entonces continuar con terapia conductista. El tipo de terapia debe ser decidido por el psiquiatra o psicólogo clínico que diagnostique el trastorno, en cualquier caso.
Psicofármacos.
Diversas pruebas clínicas han demostrado que aquellos medicamentos que afectan la serotonina (neurotrasmisor) pueden reducir significativamente los síntomas del T.O.C. El primero de estos psicofármacos, específicamente aprobado para su uso en el tratamiento del T.O.C., fue el antidepresivo tricíclico clomipramina (Anafranil*).
Los psicofármacos de segunda generación, que son los utilizados hoy en día, se llaman Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (I.S.R.S.). Algunos de ellos son fluoxetina (Prozac), fluvoxamina (Dumirox o Luvox) y paroxetina (Neurotrox o Seroxat). Otro que ha sido estudiado en pruebas clínicas controladas es sertralina (Zoloft o Besitrán). Estudios extensos han demostrado que estos medicamentos favorecen, al menos ligeramente, a casi el 80% de los pacientes. Y en más de la mitad de los casos, la medicación alivia los síntomas del T.O.C. al disminuir la frecuencia e intensidad de las obsesiones y compulsiones. La mejoría por lo general lleva dos semanas o más.
Si un paciente no responde bien a uno de estos medicamentos, o tiene efectos secundarios inaceptables, otro I.S.R.S. puede dar una respuesta mejor. Se están haciendo investigaciones sobre el uso de un I.S.R.S. como el medicamento principal y uno de otra variedad de medicamentos como un aumentador para pacientes que sólo son parcialmente sensibles a los ISRS. La medicación es útil en el control de los síntomas del T.O.C. pero a menudo, si se deja el medicamento, sobreviene una recaída. De hecho, aun cuando los síntomas han disminuido, la mayoría de las personas necesitará medicarse indefinidamente, quizás con una dosis menor.
Psicoterapia conductual (Exposición con Prevención de Respuesta, E.P.R.).
Un método específico psicológico llamado Exposición y Prevención de Respuesta (E.P.R.) es efectivo para muchas personas con T.O.C., especialmente en aquellas con rituales conductistas. Mediante este método el paciente se enfrenta, deliberada o voluntariamente, al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la imaginación. Al mismo tiempo, el paciente es alentado a evitar sus rituales con apoyo y medios provistos por el terapeuta, y posiblemente por otros que el paciente reclute para asistirle.
Por ejemplo, un paciente que se lava las manos compulsivamente puede ser alentado a tocar un objeto que cree está contaminado y luego la persona es instada a evitar lavarse durante varias horas hasta que la ansiedad provocada se haya reducido en gran parte (la ansiedad baja con el paso del tiempo, aunque el paciente crea lo contrario). El tratamiento se empieza por una compulsión que provoque poca ansiedad en el paciente, y una vez superada ésta, se pasa a la siguiente, y así paso por paso, guiado por la habilidad del paciente a tolerar ansiedad y controlar los rituales. A medida que progresa el tratamiento, la mayoría de los pacientes gradualmente sienten menos ansiedad causada por los pensamientos obsesivos y pueden resistir los impulsos compulsivos.
Los estudios realizados y la práctica diaria demuestran que la E.P.R. es una terapia muy exitosa para la mayoría de los pacientes que la completan. Para que el tratamiento sea exitoso, es importante que el terapeuta esté totalmente capacitado para dirigir este tipo específico de terapia. También es útil que el paciente esté muy motivado y tenga una actitud positiva y determinada.
Los efectos positivos de la E.P.R. perduran una vez que el tratamiento ha terminado. Un estudio realizado en 1996 indicó que de más de 300 pacientes con T.O.C. que fueron tratados con E.P.R., un 76% todavía mostraba un aligeramiento significativo en el lapso comprendido entre los 3 meses y los 6 años posteriores al tratamiento (Foa y Kozak, 1996). Otro estudio encontró que el incorporar componentes de prevención de recaída en el programa de tratamiento, junto con sesiones de seguimiento después de terapia intensiva, contribuye al mantenimiento de la mejoría (Hiss, Foa y Kozak, 1994).
La búsqueda continua de causas, junto con investigaciones acerca del tratamiento, promete producir aún más esperanzas para personas con T.O.C. y sus familias.
Psicoterapia cognitiva.
Las obsesiones son pensamientos, fantasías o impulsos intrusos que tienen que ver con estar en peligro o ser agresivo. Otras veces son sensaciones de que algo "malo" va a pasar o de que el malestar no se acabará nunca. En cualquier caso, cuando aparecen en la mente, el paciente trata de darles una explicación, de evitarlas o de anularlas siguiendo algún procedimiento que le calme (lo que llamamos compulsiones).
La terapia cognitiva parte de la idea de que los pensamientos, fantasías o impulsos que invaden la mente no son el problema en sí mismo, ya que todo el mundo los experimenta en algún momento, sobre todo cuando está tenso por algún motivo. El problema aparece cuando el paciente valora como peligrosa la aparición de estos fenómenos en su mente y se siente responsable de lo que ocurra, momento en el que trata de hacer algo que le permita sentirse seguro y no responsable de lo que pase.
Mediante experimentos que el terapeuta diseña para el paciente, se pone a prueba ideas destructivas sobre el poder de los pensamientos, la culpa, la búsqueda de seguridad absoluta, la tendencia al catastrofismo, el perfeccionismo, el autocastigo y la intolerancia al malestar. Esto permite que el paciente no reaccione con la angustia de antes, consiguiendo que las obsesiones y las compulsiones vayan desapareciendo progresivamente.
Psicoterapia de orientación psicoanalítica.
Una psicoterapia psicoanalítica es una de las opciones que existen para tratar el T.O.C. Para esta clase de terapia, el énfasis está puesto en indagar el origen de las ideas obsesivas y las repeticiones compulsivas por medio de las asociaciones propias del paciente.
Freud tuvo un caso emblemático de un paciente que presentaba un cuadro que él llamó de "neurosis obsesiva", denominado El hombre de las ratas. En este caso se veía que sus compulsiones y obsesiones tenían elementos que se repetían a nivel inconsciente desde la homofonía de palabras o de situaciones relacionadas a la historia familiar del individuo.
La mirada psicoanalítica es una forma interesante de entender este trastorno. Aunque el terapeuta debe mantener un buen encuadre para evitar que interpretaciones apresuradas puedan inducir en el paciente una conducta obsesiva que trate de buscar el origen del problema mediante asociaciones forzadas por parte del terapeuta, generando una suerte de "asociacionismo obsesivo-compulsivo".
El psicoanálisis es, en la época de su fundación, totalmente innovador respecto de su posición frente a las patologías neuróticas en general y frente a la neurosis obsesiva en particular. En primer lugar existe, desde la teoría freudiana, el supuesto básico de la "causalidad psíquica" del conflicto inconsciente en donde el sujeto, en este caso neurótico obsesivo, genera síntomas como satisfacciones sustitutivas a los deseos reprimidos. El yo del neurótico queda avasallado por el conflicto entre los mandatos y las reglamentaciones superyoicas y su inconsciente. De esta forma, lo inconsciente sólo puede aflorar mediante formaciones de compromiso que conforman los síntomas obsesivos.
El psicoanálisis, más allá de los aprietos y los apuros presentes en la nueva forma de vida vertiginosa de la sociedad, es una experiencia de liberación, de solución del conflicto que hace sufrir y padecer al sujeto. Freud alguna vez dijo que el objetivo del psicoanálisis es transformar el padecimiento neurótico en una infelicidad común.
El tratamiento psicoanalítico ha mostrado su efectividad en casos de neurosis obsesivas. En el famoso caso de Freud publicado como A propósito de un caso de neurosis obsesiva se encuentra el análisis y la solución de una serie de síntomas obsesivos de carácter grave.
La eficacia de la terapia psicoanalítica en el caso del TOC es un asunto controvertido, donde algunos críticos llegan a plantear que podría ser contraproducente.
Prevalencia.
Estudios recientes han estimado una prevalencia global del 2,5% y una prevalencia anual del 0,5 al 2,1%. Sin embargo, la problemática metodológica existente en el sistema de valoración hace pensar en la posibilidad de que las verdaderas tasas de prevalencia sean muy inferiores. Los estudios en la población general realizados en niños y adolescentes han estimado una prevalencia global del 1 al 2,3% y una prevalencia anual del 0,7%. Las investigaciones muestran que la prevalencia del TOC es similar en muchas culturas del mundo.
Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
De Wikipedia, la enciclopedia libre.
El trastorno de la personalidad obsesiva-compulsiva (conocido como OCD de la personalidad) se trata de un trastorno de la personalidad caracterizado por:
* Falta de decisión, dudas y precauciones excesivas, que reflejan una profunda inseguridad personal.
* Preocupación excesiva por detalles, reglas, listas, orden, organización y horarios.
* Perfeccionismo, que interfiere con la actividad práctica.
* Rectitud y escrupulosidad excesivas junto con preocupación injustificada por el rendimiento, hasta el extremo de renunciar a actividades placenteras y a relaciones personales.
* Pedantería y convencionalismo con una capacidad limitada para expresar emociones.
* Rigidez y obstinación.
* Insistencia poco razonable en que los demás se sometan a la propia rutina y resistencia también poco razonable a dejar a los demás hacer lo que tienen que hacer.
* La irrupción no deseada e insistente de pensamientos o impulsos.
Es importante señalar que el Trastorno Obsesivo-Compulsivo de la Personalidad (eje II del DSM-IV-TR) no es equivalente al trastorno obsesivo-compulsivo (de ansiedad [eje I del DSM-IV-TR]). El OCD de la personalidad está arraigado, valga la redundancia, en los rasgos de la personalidad, por lo cual el individuo se manifiesta en extremo inflexible y desarrolla ideas muy rígidas.
Por lo general, el diagnóstico suele darse de manera fácil durante la primera entrevista clínica, pues los síntomas o características suelen ser muy evidentes —tanto en lo que el paciente informa como en lo que se puede observar en el comportamiento durante la entrevista—. Esto así se entiende pues el OCD de la personalidad es un trastorno de tipo "overt" (que da señales o síntomas observables), a diferencia de algún otro trastorno de tipo "covert" (síntomas internos). El OCD de la personalidad puede ser tratado con fármacos, los cuales trabajan regulando ciertos neurotransmisores en el cerebro; sin embargo, el método de tratamiento que más éxito tiene es el combinado, en donde se trata al paciente con fármacos a la vez que se le ayuda con psicoterapia.
Obsesión (sentimiento)
De Wikipedia, la enciclopedia libre.
Obsesión proviene del término latín obsessĭo que significa asedio. Se trata de una perturbación anímica producida por una idea fija, que con tenaz persistencia asalta la mente. La obsesión tiene múltiples facetas de expresión.
Este pensamiento, sentimiento o tendencia aparece en desacuerdo con el pensamiento consciente de la persona, pero persiste más allá de los esfuerzos por librarse de él.
La obsesión tiene un carácter compulsivo y termina por adquirir una condición penosa y angustiante para quien la sufre. Cuando las obsesiones y las compulsiones se han hecho crónicas, se habla de una neurosis que perturba la vida normal del sujeto y que se transforma en un trastorno obsesivo-compulsivo.
Existen distintos tipos de obsesiones. Por ejemplo, pueden mencionarse aquellas relacionadas con la alimentación. En estos casos, la obsesión funciona como una barrera psicológica que no permite modificar el peso de una persona en forma saludable. La obsesión en la alimentación puede derivar en enfermedades como la bulimia y la anorexia.
Otra obsesión que parece ser más común es el Síndrome anancástico, que es un desorden mental que asocia a individuos obsesivos con el orden y la limpieza. La persona que padece dicho síndrome, ordena lo ordenado, limpia lo que está pulcramente limpio, no tolera que una figura o elemento físico se salga de su lugar. Las personas que padecen este desorden son personas de mentalidad extremadamente rígida e intolerante, incapaces de la espontaneidad y muy dado a respetar normativas relacionadas con la organización. Asimismo estas mismas personas no toleran a otra que no sea igual de obsesiva en su universo íntimo.
La obsesión amorosa es también una manifestación clínica de este trastorno, un individuo concentra su atención y desarrolla sentimientos obsesivos en una persona idealizada. Los individuos que padecen este trastorno tienen por lo general una baja autoestima y se proyectan en el ser objeto de su amor intentando posesionarlo.
granporculio escribió:A mi me pasa eso de vez en cuando también.
Por ejemplo: Voy por la calle y va una mujer paseando con su niño pequeño, momento en el cual me imagino qué pasaría y la cara que se le quedaría a la madre si cogiese al niño por la cabeza y lo lanzara cual piedra al lejos.
Son idas de olla simplemente.
juanlured escribió:por que los humanos somos malos por naturaleza
elpeluson escribió:mi novia me dice que yo sufro del TOC ese,y por lo que acabo de leer igual tiene razon,yo pensaba que lo decia de coña pero va a ser que no xD
Al ir por la calle,evito sistematicamente pisar las alcantarillas circulares,las cuadradas las piso sin problemas,y si por lo que sea las piso,no es que me sienta mal ni me angustie,pero no paro de pensar que va a pasar algo que no me va a beneficiar,despues de mucho pensar,la unica explicacion que le encuentro,es que de pequeño al ir para el colegio me invente un juego al ir por la calle,que consistia en no pisar determinadas alcantarillas y pisar una especie de figuras que habia de color rojo creo que eran,empezaba con 3 vidas,pisar alcantarilla te quitaba una vida,y por cada 3 pisadas de las figuras conseguia una vida extra,ahora pienso que ya de pequeño estaba bastante colgado.
Tengo otras "manias" a las que ya no le encuentro sentido ni explicacion por mas que lo piense,el volumen de la tele tenerlo siempre en un numero par,en el mp4 tambien,si por ejemplo me pica la pierna izquierda y me rasco,tambien me rasco la derecha aunque no me pique.