Luego nos cuesta más romper las relaciones y encima a los "dejados" más cabrónidos les gusta tocar los cojones con "me prometiste esto y lo otro y bla bla bla". Decimos las cosas tal cual las sentimos, cosas bonitas, cosas que al final nos gustaría no haber dicho cuando dudamos del futuro de una relación.
A veces pienso en que mi pareja y yo no nos parecemos en nada, no me gusta físicamente, pero sencillamente confiamos entre nosotros más que en nadie, o eso nos queremos hacer creer. Le he dicho mil cosas bonitas, mil palabras sobre un largo futuro, y todo... ¿Para qué? Unos días estamos genial, otros sencillamente no siento nada. Quizá deberíamos haber quedado como amigos, pero la tensión sexual nos ha traído hasta aquí.
¿Alguno de vosotros NO se ha arrepentido de haber hablado de un futuro incierto por las consecuencias que traerían esas palabras tras una ruptura?