"Por un deseo" Cap.3

Bueno... aqui teneis otro capitulo de esta historia tan extraña.

-------------------------------------------------------------------------

Tu piel palpitaba bajo el tacto de mis manos mientras recorría con ellas toda la línea de tu figura. Suspirabas mientras mis labios llenaban de besos tu pecho. Tomaste mi mano y la dirigiste hacia tu boca, para besarla dulcemente y fundir mi esencia con la tuya. Te levantaste y tomándome de los brazos me acostaste sobre ti mientras nos fusinabamos en un solo ser de amor puro. Toda nuestra piel se fundía en un caótico desfile de deseo.

El despertador toco su serenata sacándome contra mi voluntad de ese delicioso sueño. Al despertar vino a mi mente el recuerdo del beso del parque. Me sonroje solo con pensar en el. Me levante de la cama y apresuradamente me vestí para ir a clase y estar nuevamente contigo.

Cuando llegue ya me esperabas en la puerta con una afable sonrisa. Al acercarme te salude dándote la mano y tomando tu mochila para llevarla. Aunque deseaba hablar contigo de tantas cosas, las paredes tienen oídos y temía que alguien pudiese descubrirnos. ¿Cómo reaccionarias por lo de ayer? No lo sabia la verdad, temía tu reacción al tener tiempo para pensarlo, ¿ serias capaz de repudiar tus propios sentimientos?. Allí estabas delante de mí debatiéndote entre Yura, yo y tu misma cordura.

Todos mis temores se esfumaron cuando ya avanzada la clase me tomaste la mano bajo el pupitre y me la acariciaste igual que lo habías hecho en el sueño. No te mire, no hacia falta, pero te apreté la mano con todas mis fuerzas para corresponderte.

Cuando sonó el timbre que daba comienzo al recreo, con una seña me pediste que te siguiera. Silenciosamente me colgué tu maleta al hombro. Marchamos por los pasillos llenos de estudiantes que corrían a fumar un pitillo o descargar sus ansiedades fuera de las aulas.

Subimos una larga escalera a tropicones, era divertido ver como subías las escaleras de tres en tres dando brincos con las muletas. Llegamos a una puerta cerrada a cal y canto. Tú no te apuraste y me pediste que empujara la puerta. Algo desconfiado me apoyé en ella y empuje, para mi sorpresa la puerta se abrió lo suficiente para que pudiésemos pasar.

Ante mi se presentaba un invernadero de cristales sucios y empañados por los años. Por todas partes se podían ver restos de lo que en otro tiempo debió ser un vergel digno de la diosa Era, algunos instrumentos de labranza aun estaban hundidos en la tierra, como si el jardinero solo se hubiera tomado un respiro en su trabajo.

-Este invernadero era un capricho del anterior director, pero cuando murió este, se olvidaron de el –comentaste mientras te dejabas caer en una silla, que estaba extrañamente limpia comparada con el entorno- Es un buen sitio para hablar.

-¿Cómo sabias de este lugar? –te pregunte extrañado-

-Bueno, me lo contó un amigo de segundo–contestaste con una sonrisa- Algunos estudiantes usan este sitio para estar a solas con sus novias.

-A… a… solas… -dije ruborizado mientras miraba a todas partes por si habíamos sorprendido a alguna pareja-

-No te preocupes estamos solos –contestaste señalando la puerta, donde por su parte interior colgaba una cinta del pelo rojiza- Cuando alguien ocupa este sitio pone la cinta por fuera de la puerta.

Me ruborice aun mas, deliberadamente me habías traído al picadero del instituto. Me daban miedo tus intenciones pero a la ves me sentí excitado al estar los dos solo en aquel lugar sin ojos que nos mirasen. Tras pensarlo unos instantes me levante y coloque la cinta del pelo por fuera de la puerta.

-¿Qué haces? –Preguntaste- A esta hora no creo nadie nos moleste, pero de todas maneras solo quería hablar contigo.

“¿Solo hablar?”, pensé desconsoladamente. Debiste notar lo que pensaba por mi mirada. Pues sacudiste la cabeza dándole vuelta a la idea.

-Bueno…-dijiste mientras mirabas el reloj- Solo nos quedan 15 minutos de recreo, no tenemos mucho tiempo.

-El suficiente- contesté mientras me abalanzaba sobre ti y te cubría a besos-

Me rodeaste con tus brazos y tomaste mi cabeza como si fuera el mayor tesoro, nos dimos un beso tan apasionado que temí asfixiarme, pero sinceramente no me habría importado morir en tus brazos, quedarme en la calidez de tu pecho por siempre. Pasamos los diez minutos que teníamos besándonos tiernamente, acariciándonos con premura Compartiendo sonrisas y miradas llenas de amor y comprensión. Las plantas secas fueron testigos mudos de nuestro sincero amor y quizás se habrían ruborizado de poder hacerlo.

Es cierto que el tiempo pasa rápido cuando gozas, pues en nuestro caso nos parecieron segundos aquellos diez minutos. Nos separamos a desgana, cuando se nos acabo el tiempo de estar juntos y ser lo que realmente éramos. Nos sacudimos las ropas llenas de polvo y nos dimos un último beso, antes de salir del invernadero. Pero algo se movió en el hueco de la escalera… estaba seguro que había visto a alguien bajar apresuradamente las escaleras.

Tú no habías visto nada así que cuando te lo comenté trataste de convencerme que habían sido imaginaciones mías pero cuando bajábamos las escaleras encontré un medallón en un escalón, lo tome y lo mire detalladamente. Era un corazón finamente labrado que mostraba un querubín alado, colgaba de una cadena rota. Al abrirlo mostraba la foto de un chico muy bello, que no reconocí y una inscripción:

“Anna y Henry” 14 de marzo del 2002

Estaba seguro que cuando subimos esas escaleras no había nada… entonces se le tenía que haber caído a quien nos estaba mirando. Ensimismado en esto me guarde el medallón el bolsillo y te acompañe a clase. Estaba seguro que fuese quien fuese contaría nuestro secreto a gritos y tú y yo no podríamos volver a estar juntos.
Pues sigo pensando que tienes algo especial en tu manera de escribir amigo muad_did. Te sigo desde hace un tiempo y no sé los demás, pero yo creo que evolucionas en tu forma de escribir relato a relato. A veces más, a veces algo menos, pero siempre sorprendiendo y haciéndome pensar que tienes unas ideas muy buenas. El principio del texto es muy bueno. El sueño parece real. Saludos.
1 respuesta