Un nuevo capitulo de esta historia. Admito que no es mi mejor historia. Pero creo que algo bueno tiene... Pensaba que ya habia posteado este capitulo... pero haciendo una busqueda no lo he encontrado...
Murmullos, comentarios intranscendentes y al fondo un coro de risas juveniles. Me pareció extraño que todo fuera normal en clase, nadie nos había comentado nada pues al parecer nada sabían. Ya habían pasado 3 días desde que encontré el medallón y desque fuéramos pillados infranganti y no parecía que nadie lo supiese. Sea quien sea quien estuvo expiándonos no lo había propagado.
Estaba en el patio, caminando errático por las sombras huyendo del caluroso sol, sin nada que hacer. Pues tú te habías ido a que el especialista le diese un vistazo a tu pierna. Yo me había quedado solo sin ti. Me dirigía la cafetería para comprarme un dulce y saciar así mi hambre cuando sentí que algo tocaba mi espalda, me di la vuelta y descubrí que había sido un papel arrugado en forma de pelota. Curioso lo tome y lo desenrollé para leerlo.
“Te espero en el invernadero”
No me pregunte quien había sido, era obvio que el autor era el mismo del otro día. Miré a mí alrededor buscándole, pero no pude ver entre todos los estudiantes que en ese momento disfrutaban de sus momentos de descanso. Sin otra cosa en mente llegue corriendo hasta la puerta del antiguo invernadero. Me pare ante la puerta, no sabia que me depararía el futuro. Tomando aire abrí la puerta que ya estaba un poco abierta.
-Has venido- Dijo una voz femenina que provenía de su derecha-¿No has venido con tu amigo?
Mire hacia de donde venia la voz. Apoyada en una ventana se recortaba la forma de una joven a su lado su carpetas reposaban en el suelo. El cabello negro le caía en cascada por los hombros, me estaba mirando con par de ojos verdes enmarcados en unas cejas tez blanca, una pizca de rubor invadía sus mejillas.
-Mi amigo no esta hoy aquí–dije mirándola fijamente- ¿Que quieres...?
-Eres tu quien tiene mi colgante –contesto ella enfurecida- Se que se me cayó en la escalera y cuando volví a buscarlo ya no estaba. Solo podías haberlo cogido tú o el otro.
-Lo tengo yo- dije mientras lo sacaba del bolsillo y lo observaba- Toma, no tenia intención de quedármelo –comenté mientras le tendía la mano con el colgante-
La chica lo miro unos instantes y dio unos largos pasos hasta donde yo estaba, con una mano temblorosa tomo el colgante. Lo observo unos instantes y cerro la mano entorno a el, con un gesto acostumbrado abrió el medalla y con un largo suspiró contempló la foto que guardaba, lo volvió a cerrar y se colgó el medallón al cuello.
-Gracias –musito ella con un sonrojo más evidente- significa mucho para mí.
-¿Me prometes que no dirás nada a nadie?-le pregunte preocupado aun que se descubriese antes de lo debido nuestra relación-
-¿Decir sobre que? –sus ojos se iluminaron un instante cuando comprendió de que hablaba - ¡tranquilo! no contare nada, sois libres de vivir la vida como queráis, ¿no pensarías que era una mirona?, ¡Por dios!, yo solo vine aquí por que….-bajo la mirada y una lagrima le recorrió la mejilla- este lugar me trae muchos recuerdos… - la joven dejo de hablar y se sentó en el suelo mientras unas lagrimas humedecían su rostro.
-¿Te llamas Anna verdad?, yo me llamo Ren -dije con un susurro mientras me arrodillaba a su lado- Leí la inscripción del colgante. ¿Henry es tu novio?
Anna me miro y mas lagrimas brotaron de sus ojos- Henry… Henry era mi novio…- no pudo aguantar más y hecho a llorar en mis brazos, no sabía como calmarla, acaricie su cabeza mientras musitaba palabras para tranquilizarla.
La abrasé unos minutos hasta que dejo de temblar entre mis brazos, Anna pareció recomponerse poco a poco, se secó las lágrimas y me miro agradecida.
-Lo siento…- dije con dulzura- no quería hacerte recordar algo triste.
-No, los recuerdos son todo lo que me queda de el –Contesto Anna mientras se ponía en pie y con una mano acariciaba su colgante- Se que Henry no volverá pero siempre lo tendré en mi corazón… dime ¿quieres a ese chico?
-A Yoa.., si le quiero con todo mi corazón, aunque no sé si él realmente comparte mis sentimientos –dije sonrojándome débilmente y alegrándome de que cambiase de tema-
¿Que estaba haciendo?, contado mis intimidades a aquella chica, una chica que nos había visto besarnos, nos había visto en nuestro momento mas intimo. Aunque ella podía haber contado nuestro secreto, aunque quizás no lo había hecho para asegurarse que le devolviese el colgante. No se por que no creía en esto, aunque resultase lógico.
-Seguro que te ama, -contesto Anna- la forma con que os besasteis era de verdaderos enamorados, -dijo Anna con una pícara sonrisa, para mi alegría parecía ya recuperada- ¿pero por que crees que no te ama?
No se por que, aquella chica me despertaba mucha confianza y me transmitía seguridad. Palabra a palabra fui contándole tu relación con Yuri y como esta te hacia debatirte. Escuchaba en silencio mis palabras. Cuando termine quedamos en silencio unos minutos. Ella pareció reflexionar mis palabras y me dijo:
-No deberías preocuparte, si Yoa te ama se decidirá por ti, pero si tu realmente le amas a su vez debes luchar por el.
-¿Luchar? ¿Qué puedo hacer?- conteste desconcertado- Es Yoa quien debe decidirse entre Yuri y yo.
-No, escúchame bien Ren, el amor es el bien mas preciado y codiciado, es el sentimiento que nos empujo a luchar cada día contra este mundo cruel e indómito –Dijo Anna con gran convicción- El amor es lo mas fuerte y a la vez lo mas frágil, debes cultivarlo como una trémula flor que lucha por expandir sus pétalos al sol. Si no luchas ahora y pierdes a Yoa no te lo perdonaras nunca… te lo digo por que se lo que es perder a alguien… -la sirena del fin del recreo cruzo el aire cortando a Anna-
-Ha sido muy agradable hablar contigo Ren –dijo Anna mientras recogía sus carpetas del suelo- Apunta mi móvil, me gustaría volver a hablar contigo.
-Gracias para mi también ha sido un placer- contesté mientras sacaba mi móvil y apuntaba el de Anna-
Salimos del invernadero y nos despedimos con una sonrisa para dirigimos a nuestras clases. Aunque sabia que no lograría concentrarme en las horas de clase que me quedaban. Las palabras de Anna quedaban en mi memoria. ¿Tendría que luchar por tu amor Yoa?, pero aun mas importante ¿Podría vencer a Yura? No estaba seguro de nada en esos momentos… de nada no… estaba seguro de que te amaba y de que debía luchar por tu amor, por tus besos y por todo lo que tenia que llegar.