Yo tengo un hermano con mielomeningocele, espina bífida, y además tiene hidrocefalia, es paralítico de cintura para abajo, así que de abusos a discapacitados, sobre todo en el terreno laboral, sé un huevo porque me ha tocado verlo. Es indignante cómo se explota y se aprovecha a la gente más débil y con menos recursos para defender sus derechos.
Todo esto, dicho sea de paso, ante la total indiferencia y pasotismo de los políticos, que, eso sí, aprovechan la más mínima ocasión para sacarse una foto y hacer promesas que no tienen la más mínima intención de cumplir. No se me ocurre ahora mismo ningún colectivo más abandonado y desamparado que éste.