Si estás empezando y todavía no sabes muy bien qué vas a hacer o que dirección tomar, opta por un equipo normalillo y más económico, alguno que tengas de antes quizás o alguno de segunda mano. Y cuando notes personalmente que se te queda corto, opta por actualizar a un equipamiento mejor. Muchas veces sucede que, con los primeros trabajos, un equipo estándar y normalillo te vale, y sólamente conforme vas adquiriendo experiencia y complejidad en tu trabajo es cuando notas que el equipamiento se te va quedando corto.
Hay veces que lanzarse a comprar un equipo de tan altas características puede resultar contraproducente. "El hábito no hace al monje".