Portugal hará un sorteo entre las facturas emitidas para la economía sumergida
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA Lisboa
6 FEB 2014 - 19:21 CET
El Gobierno portugués ha aprobado este jueves una medida insólita a fin de tratar de reducir la rampante economía sumergida lusa, que en el país supera el 25% del PIB. A partir de abril, y a un ritmo de un sorteo semanal (aunque se organizarán ocho sorteos especiales, en Navidad y en otras fechas significativas) se celebrarán sorteos estatales en los que se premiará una factura normal emitida unos meses atrás. Es decir: todo el que en haya requerido cualquier servicio o que haya comprado algo legalmente (es decir, con facturas con el número fiscal correspondiente), tendrá posibilidades de ganar. Incluso las facturas del agua, del gas o de la luz participarán.
El premio, según ha adelantado el secretario de Estado para Asuntos Fiscales, Paulo Núncio, será siempre en especie, nunca en dinero y, en principio, se limitará a un coche semanal de alta gama, de marca aún por determinar.
El sorteo tiene ya nombre: La factura de la suerte. Por lo pronto, el diario Público adelanta que todas las facturas, incluidas las de un montante pequeño, tendrán posibilidad de ganar el premio debido al sistema que el Gobierno va a organizar para el sorteo. Ahora bien: cuanto más alta sea la cantidad del dinero facturado, más posibilidades tendrá el contribuyente recto de ganar el coche en juego. Todo se basará en un sistema de cupones. Por ejemplo: si una comida en un restaurante cuesta 80 euros, el contribuyente dispondrá de ocho cupones para jugar; si asciende a 20 euros, dispondrá de dos, y así sucesivamente. El cambio juega a favor del consumidor.
El ganador podrá enterarse viendo su cuenta fiscal en internet. Si carece de estos medios informáticos, será el Estado el que le avise de que se ha convertido en el afortunado dueño del coche de la semana. El secretario de Estado también ha dejado claro que el hecho de que un contribuyente tenga deudas pendientes con Hacienda no es óbice para que no pueda ganar el premio y no se lo lleve a casa: “Son dos cosas distintas”, ha advertido Núncio.
Con un IVA que escala hasta el 23%, no es nada extraño en Portugal que el mecánico, el dueño del restaurante, el organizador de un curso o el vendedor de una tienda proponga, bajo cuerda, al consumidor, si prefiere el servicio con factura o sin factura. Contra esto pretende luchar el Gobierno con La factura de la suerte, que dispondrá de un presupuesto de 10 millones de euros al año.
Creo que en un hilo en este mismo foro propuse algo por el estilo, en un país de ludópatas como España, si quieres que la gente pague impuestos sólo has de hacer un sorteo entre los que paguen para que aumente la recaudación
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