Sencillamente calcula el tiempo en horas que pasas, de media, cada día en tu casa frente al ordenador. Si crees que vas a estar más tiempo fuera que dentro, y que no vas a echar de menos la potencia del iMac, adelante: no es un mal cambio.
Pero yo personalmente me compré un iMac para casa y un PC guarrete para trabajar y estudiar fuera: primero porque no me duele tanto si lo pierdo o se avería, después porque reconozcamos que es más versátil para poder trabajar con gente que no tenga Mac (aunque eso cada vez es menos problema) y por último pero no menos importante, los Mac son muy golosos y estuve a punto de tener un susto gordo por sacarlo en una cafetería y que trataran de robármelo.