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Sin ninguna duda la saga de películas que más relación ha tenido, tiene y tendrá con el mundo del videojuego es Star Wars. Tal vez por la duración de ésta, quizás por su descomunal éxito y sobre todo por la existencia de LucasArts, compañía casi exclusivamente fundada para crear videojuegos basados en las películas de Lucas y su trouppe, los juegos de La Guerra de las Galaxias han ido aflorando continuamente, para toda plataforma que se precie, durante los últimos quince años. El lanzamiento de la nueva trilogía, la reedición de la anterior y la aparición de nuevas tecnologías gráficas y conectivas han contribuido a un increíble aumento de juegos galácticos, contando ahora con exponentes en todos o casi todos los géneros. Desde los clásicos simuladores de “vuelo espacial” (X-Wing, Rogue Squadron) hasta los shooters en primera persona (Jedi Knight), pasando por plataformas, acción de todo tipo y desde cualquier perspectiva (SW: Obi Wan, SW: Episode 1, etc...), carreras (SW Ep1: Racer), educativos, puzzles (Pit Droids), mezcla de todo un poco (Shadows of the Empire) e incluso estrategia en tiempo real (Battlegrounds). Seguro que me dejo algo en el tintero pero lo cierto es que pocos géneros quedan ya por cubrir, y próximamente lo estarán el RPG Online de Mundo Persistente (Galaxies) y el más tradicional RPG offline, Star Wars: Knights of the Old Republic, que como habréis adivinado al ver el título del artículo es el juego que ahora nos ocupa.
Para SW: KOTOR, como abreviadamente se conoce el título, LucasArts ha optado por una estrategia que ya le ha dado frutos con, por ejemplo, SW: Battlegrounds. Colaborar con una desarrolladora de prestigio, que sabe hacer muy bien lo que hace, para crear un juego del que se espera muchísimo por parte de los numerosos y fieles fans de La Fuerza. Nada más y nada menos que BioWare, creadora de los famosos Baldur’s Gate, es la encargada de recrear el universo Star Wars en puntos de golpe. Y como su propio nombre indica, KOTOR toma lugar en un universo Star Wars desconocido por el momento y sólo imaginado a base de escuetas citas en las películas y la numerosa literatura de Star Wars que ha ido saliendo durante estos últimos años, la época de la “vieja república”, los tiempos gloriosos del macroestado espacial al que servían los jedis, milenios antes de que, como estamos viendo cada tres años, las cosas se torcieran y surgiese el Imperio. En esta época, cuatro mil años antes de Star Wars, hay un continuo conflicto entre los jedis y los siths, que se cuentan por miles. Además, la república galáctica acaba de salir de una guerra con los “Señores Oscuros”, Revan y Malak, jedis que se vieron corrompidos por el lado oscuro de la fuerza tras triunfar en las Mandolorian Wars y descubrir así los secretos de los sith. En esta guerra, los jedis consiguieron derrotar al señor oscuro Revan, pero su aprendiz Malak ocupó su lugar jurando venganza, y muchos jedis seducidos por el lado oscuro siguen de su parte.
Pero independientemente de la época temporal, Kotor nos ofrece una atractivísima idea, la de crearnos un personaje de ese universo y progresar en él, visitando sus planetas, interactuando con sus gentes, usando sus armas y actuando más o menos por el camino de la fuerza que queramos. Pues como es también una parte fundamental de las películas, en Knights of the Old Republic nuestro personaje irá, inconscientemente, inclinándose hacia un lado u otro de la Fuerza, según actuemos. La forma de actuar que incline la balanza hacia el bien o el mal será en ocasiones explícita (alguien te pide ayuda y tu le respondes con insultos), y en otros casos más sutil, según cómo interactuemos con los cientos de Personajes No Jugables, o la forma de resolver un problema o salir de un atolladero. Una vez iremos avanzando en el juego, nuestro personaje se irá polarizando hacia un lado u otro y entonces ante una situación tendremos opciones más acordes con nuestra filiación, y menos relacionadas con su antítesis. Además, las bondades o los pecados irán estigmatizando físicamente al personaje (especialmente los últimos), hasta acabar dándole un aspecto destacadamente bondadoso o perverso. Otra cosa muy interesante es la idea de “mundo maleable”, ya que nuestras actuaciones y decisiones tendrán consecuencias que influirán sutilmente en el estado del mundo.
Nuestro personaje se irá inclinando por uno u otro camino de “La Fuerza”
En cuanto al desarrollo del juego, comenzaremos creando a nuestro personaje, que tendrá seis atributos principales (Fuerza, Destreza, Constitución, Sabiduría, Inteligencia y Carisma) y otros secundarios, aparte de unas habilidades iniciales que condicionarán su desarrollo por los caminos de la fuerza. Habrá cuatro clases de personajes: Scout, Scoundrel, Soldier y Jedi Guardian. El Scout, “explorador”, tendrá gran habilidad para la supervivencia al aire libre, el manejo de naves o el trato con animales salvajes. Un buen ejemplo sería Chewbacca. El Scoundrel, “sabandija”, sería el equivalente al “ladrón” en los otros juegos de rol. No es el mejor en el combate pero se defiende, y tiene habilidades como el manejo de ordenadores o la apertura de cerraduras. Han Solo sería el mejor ejemplo. El tercer tipo, el soldado, es un personaje muy orientado al combate con armas, donde es un especialista. Por último, el jedi no necesita introducción, con sus poderes de la Fuerza y un increíble manejo del sable laser.
Aparte de unas habilidades comunes a todas las clases (camuflaje, uso de ordenadores, persuasión...), cada clase tendrá sus propios atributos y poderes, que complementarán los de los otros personajes. En KOTOR iremos en un equipo de tres personajes, donde no necesariamente tiene que estar el que hemos creado nosotros, pero es algo recomendable. Las tareas de cambio de personajes y diversas configuraciones se harán en la nave Ebon Hawk, que servirá de base móvil a nuestro heterogéneo equipo, que se irá haciendo mayor a lo largo de la aventura.
En cuanto al juego en sí, combina la exploración con los combates; en el modo exploración haremos nuestras típicas pesquisas, nos embarcaremos en aventuras principales o paralelas, encontraremos items y charlaremos con personajes no jugables que nos darán vital información. El modo de combate presenta una interesante mezcla entre acción en tiempo real e introducción de comandos a nuestro personaje, creando un híbrido entre el típico RPG de consola y el de PC. Nosotros manejaremos sólo a un personaje al mismo tiempo, mientras que a los otros dos podremos asignarles comportamientos para que su IA haga lo más conveniente, o si lo preferimos, cambiar de personaje para introducir una serie de comandos mientras el personaje que controlábamos antes hace lo que le hemos mandado o lo que le dicta su IA (junto con su modo de comportamiento). A la hora de asignarles acciones, se nos abrirá un menú (mientras el juego queda en pausa) con las opciones disponibles teniendo en cuenta la posición y la distancia de nuestro personaje al enemigo. Podremos seleccionar unos comandos que se ejecuten en orden, o sólo uno que se ejecute continuamente (ataque con espada, etc..). Como ocurre en muchos RPGs de PC, cada acción equivale a jugar con los parámetros del personaje y con una “tirada de dado” aleatoria, por lo que todo se regirá por esas reglas y si, por poner un ejemplo, un personaje es malo disparando, lo más posible es que falle. Según vayamos avanzando en el juego y cada personaje vaya “perfilándose”, la incertidumbre y las pifias serán mucho menores en los combates (siempre y cuando usemos las habilidades en las un personaje es bueno).
Otra cosa interesante a comentar es la existencia de varios minijuegos dentro de SW KOTOR. Tenemos primero un guiño a las películas clásicas de la saga, la torreta de la nave –con aquel sofisticadísimo localizador de objetivos de ciencia ficción-; como guiño al Episodio 1, podremos participar en carreras de “vainas” (o mejor dicho, en una versión anticuada de éstas) en Tatooine, y continuar el campeonato por los diferentes planetas que visitemos. Habrá también un momento del juego en el que participaremos en un torneo de gladiadores (¿un guiño al Episodio 2?). Y por último, habrá un juego de apostar al que podremos jugar en muchos lugares.
En el apartado técnico no parece que el juego vaya a flojear, teniendo en cuenta las bellas capturas que se han mostrado del juego y el prestigio del grupo que lo está programando. Bioware ha recreado algunos mundos ya conocidos del universo Star Wars, como Tatooine, otros mencionados pero nunca vistos –como Dantooine-, y otros completamente creados para la ocasión y que de hecho pasarán a formar parte del “universo Star Wars oficial”. En total habrá unos ocho mundos, cada uno con su estilo y su “ecosistema”, en una aventura que prometen que durará 50 horas, y que por su gran nivel de libertad –los diferentes tipos de personaje, los “caminos de la Fuerza”- promete ser muy rejugable. Los usuarios de Xbox tienen una cita con la lejana galaxia esta Primavera.
Habrá cuatro clases de personajes: Scout, Scoundrel, Soldier y Jedi Guardian. El Scout, “explorador”, tendrá gran habilidad para la supervivencia al aire libre, el manejo de naves o el trato con animales salvajes. Un buen ejemplo sería Chewbacca. El Scoundrel, “sabandija”, sería el equivalente al “ladrón” en los otros juegos de rol. No es el mejor en el combate pero se defiende, y tiene habilidades como el manejo de ordenadores o la apertura de cerraduras. Han Solo sería el mejor ejemplo. El tercer tipo, el soldado, es un personaje muy orientado al combate con armas, donde es un especialista. Por último, el jedi no necesita introducción, con sus poderes de la Fuerza y un increíble manejo del sable laser.