Nace el sol, de nuevo, como cada mañana, asoma en el horizonte orgulloso, regodeándose de portar alegría a los rostros emblanquecidos por el invierno... nace el sol y mi ventana deja que un rallo abrace mi cama...
Mis ojos siguen abiertos una noche mas y el haz de luz que ilumina mi rostro resalta el brillo del llanto en mis mejillas, una lágrima por cada beso perdido, otra por cada momento que ya no viviré y una mas porque el único abrazo que recibo es el de este sol engrandecido en una primavera que sabe a invierno en mi corazón...
Al fin me levanto, me asomo al balcón sobre la melodía de un balón empujado por varios niños ajenos a la vida, o al menos no conscientes todavía de ella... los contemplo con envidia y su risa infantil evoca en mi mente tu recuerdo. Cierro los ojos y noto la caricia de un haz de luz en mi cara... seca mis lágrimas y el susurro del viento me trae aquel buenos días que pronunciabas mientras tu sonrisa iluminaba el cuarto igual que lo hace ahora la primavera... recuerdo tu mano acariciando mi rostro y como besabas mis labios como ahora lo hace la última lágrima que escapa de mi pecho recordándome tu ausencia.
Abro los ojos y la primavera luce ante mi dichosa de portar alegría a los corazones de aquellos que supieron amar... luce radiante como lo hacía yo antaño a tu lado y me cosuelo pensando que hoy también es primavera en tu vida mientras el invierno marchita mi alma...
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No es ni mucho menos lo mejor que he escrito, pero en fin, a veces simplemente escribes…
