TOKIO.- Un tribunal japonés ha dictado una histórica sentencia que ha abierto un enorme debate en torno a la libertad de expresión. El presidente de una editorial de 'manga' (tebeos japoneses) ha sido condenado a un año de prisión por 'obscenidad'.
Se trata de la primera vez que un manga, cómic tradicional japonés extendido por todo el mundo, es objeto de un proceso en el país asiático. Es también la primera vez en 20 años que la pornografía ilustrada, omnipresente en todos los quioscos, en vídeo y en Internet en Japón se sienta en el banquillo de los acusados.
El editor, Monotori Kishi, de 54 años, ha sido declarado culpable de distribuir impresos obscenos y condenado a un año de prisión por un tribunal de Tokio. En el cómic aparecían dibujados con enorme detalle órganos genitales y relaciones sexuales.
Los abogados del editor Motonori Kishi, presidente de la editorial Shobunkan, han calificado de "injusta" la sentencia, cuya materialización está supeditada a tres años de buen comportamiento del condenado, y afirmaron que apelarán al Tribunal Supremo.
Mala influencia sobre la moral nipona
"No podemos pasar por alto el hecho de que el acusado produjo influencias nocivas a la moral sexual" al poner a la venta el cómic, sentenció el juez Yujiro Nakatani sobre los 20.544 ejemplares de 'Misshitsu' (Cámara secreta) que Kishi editó y distribuyó en abril de 2002.
Los abogados del editor, que habían convocado a renombrados catedráticos para testificar en el juicio, afirmaron que la sentencia contraviene la Constitución japonesa que garantiza la libertad de expresión.
Sin embargo, el juez aseguró que el artículo aplicado, el 175 del Código Penal, es constitucional y ha contribuido de "forma indirecta a mantener la moral sexual y las conductas sexuales en la sociedad".
Nakatani dictaminó además que la moral social japonesa no estaba preparada para ver este tipo de expresiones gráficas tan radicales, ya que los dibujos del 'manga' son similares a las fotografías. "Existe el consenso social de que los materiales obscenos deben ser supervisados", añadió.
Una Práctica Habitual
La defensa argumentó que desde hace una década los semanarios japoneses presentan desnudos integrales en fotos y estampas de grabados eróticos tradicionales, tras lo cual calificó la sentencia de "arbitraria".
"Aunque insistimos en el derecho a disfrutar de las expresiones sexuales, el tribunal dictaminó de plano que son inmorales", sostuvo la defensa.
Kishi fue detenido junto al dibujante y redactor jefe de la editorial por complicidad en la edición del libro, aunque ambos fueron puestos en libertad tras pagar una fianza de medio millón de yenes (unos 4.600 dólares).
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