La vida de mi Súper fue como para dar parte de ella en un juzgado. Estuvo años encendida, antes de SMRPG y después. Nunca le falto alimento que llevarse a la cartuchera. Agredí a varias personas, siempre como respuesta a alguna injusticia, con sus indestructibles pads consiguiendo siempre un alto grado de efectividad y sin mermar un ápice su operatividad. También por su culpa y por algún que otro jueguecito picón algún enser de alguna casa (nunca la mía propia) sufrió desperfectos de mayor o menor importancia (lanzar al hamster del vecino desde un piso 14 no cuenta, lo siento Juan Carlos, si por aquella época ya hubiera existido Hamtaro... probablemente no lo hubiera hecho.)
De hecho mucho después de que N64 se retrasara y retrasara, seguía la pobre Súper encendida y otras consolas mucho más caras y nuevas no conseguían que les dedicara mayor atención de la que se hacía obligatoria.
No sé si seré el único que lo piensa... pero creo que la vida de la SNES fue siempre saludable, exceptuando la tediosa situación que se vivió en España cuando 'se quemó' el almacén de Erbe y casi era imposible obtener novedades sin importarlas.
Un saludo.