Recuerdo la anécdota que me contó un conocido, hace años, sobre cómo intentó estafar a una tienda de videojuegos. Esto para que veáis que a los comercios también intentan engañarles de vez en cuando.
Este tipo compró un cartucho de un videojuego en alguna parte (tienda de segunda mano, a un particular...) y cuando se cansó de él, se presentó en la tienda y dijo, con toda la cara, que había comprado allí el videojuego, y que no funcionaba, por lo que pedía que le reembolsaran el dinero.
El dependiente examinó el videojuego y le dijo, sin ninguna duda: "esto no has podido comprarlo aquí de ninguna manera porque nosotros nunca hemos vendido este videojuego".
Hay quienes ponen pegatinas con códigos y números de serie, disimuladamente, en los productos que venden, para reconocerlos si vienen de vuelta ya sea para servicio técnico o como devolución.