Lo que está claro es que cuanto más alta mejor. Así se aprecia menos el parpadeo, que a la larga lo notas, y si estás a refrescos bajos, acabas con unas jaquecas muy gordas.
De todas formas no es muy sano que digamos el estar frente al monitor mucho tiempo. De hecho, los tubos fluorescentes de las luces van a 100 hercios, y llegan a producir cansancios a la larga, así que un monitor está a la par.
Moraleja: hay que ponerlos siempre a la mayor frecuencia de refresco posible que te permita la resolución en la que estés.