Los autores se ensañaron con los restos del subinspector Torronteras cuyo cuerpo fue mutilado con un pico y una pala antes de quemarlo
La tumba de Francisco Javier Torronteras, miembro del Grupo Especial de Operaciones (GEO) fallecido el pasado día 3 de abril en la explosión del piso de Leganés (Madrid) donde se escondían siete terroristas islamistas, fue profanada en el Cementerio Sur de la capital. Unos desconocidos sacaron en la madrugada del lunes el ataúd del nicho y tras profanar el cadáver ensañanándose con él y amputándolo con un pico y una pala lo incendiaron con gasolina.
Madrid
(Agencias)
Unos desconocidos profanaron en la madrugada del domingo a lunes la tumba del agente del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Francisco Javier Torronteras, fallecido en una explosión provocada en Leganés por terroristas islamistas suicidas, y después de trasladar el ataúd, destrozaron su cuerpo con un pico y una pala y lo quemaron.
Fuentes de la investigación explicaron que varios desconocidos rompieron por una de sus esquinas la lápida que cubre el nicho donde reposaban los restos del subinspector del GEO, sacaron el ataúd y volvieron a colocarla.
Ayudándose con una carretilla, al parecer de obra, desplazaron el ataúd a más de medio kilómetro, a una zona de nichos vacíos, y se ensañaron con el cadáver, que destrozaron con un pico, su cabeza, y una pala, que clavaron en el pecho. Los delincuentes dejaron útiles en el lugar antes de huir y de prender fuego con gasolina al ataúd y al cuerpo.
Debido a los golpes, algunos miembros del cuerpo del subinspector quedaron mutilados, entre ellos la mano izquierda, que no pudo ser encontrada, aunque los investigadores no descartan que haya quedado carbonizada por el fuego.
El cadáver del subinspector Torronteras fue profanado en el cementerio Sur de Madrid, donde fue enterrado el pasado día 4 después de la explosión en un piso de Leganés en la que murieron suicidándose siete terroristas islamistas implicados en los atentados del pasado 11 de marzo en las líneas de cercanías de Madrid, entre ellos los supuestos autores materiales de la matanza.
Dos empleados del cementerio fueron los que alertaron de la profanación al observar las llamas, aunque ni ellos ni otros testigos pudieron ver a los delincuentes.
Los autores de la profanación aprovecharon un lugar de fácil huida, ya que la zona está afectada por las obras de remodelación que se llevan a cabo en el cementerio y en ella se colocaron unas vallas de obra por las que se puede salir sin problemas.
El descubrimiento del ataúd quemado alarmó a la Policía, que temió que los autores pudieran haber colocado algún explosivo en el interior del nicho.
Por ello, tuvieron que utilizar las microcámaras de los artificieros de la Policía para comprobar que en el interior no había nada.
Las pistas
La Policía carece de pistas que puedan determinar la autoría de este acto vandálico, aunque no descarta que se trate de una venganza de grupos islamistas por la intervención policial del pasado día 3 que provocó el suicidio de siete terroristas islamistas al hacer detonar ellos mismos una potente carga explosiva. La profanación del cadáver trataría de remedar el estado en que quedaron los cuerpos de los suicidas.
No obstante, los investigadores barajan también otras hipótesis, ya que recordaron que el Islam prohíbe la profanación de los cadáveres. Interior deploró la «salvaje profanación».
La Confederación Española de Policía (CEP), sindicato al que estaba afiliado el subinspector del GEO, va a ejercer la acusación particular en este caso si se abre un procedimiento judicial, indicaron fuentes de esta organización.
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Fuente
Cuánto hijo de puta...