[Otro relato corto de los míos, a ver si este gusta un poco mas que el ultimo que puse
]
En el pequeño departamento trabajaba a estas horas de la noche un solo hombre, inclinado sobre un tablero de reglas paralelas, concentrado en su trabajo, cuando todo se lleno de colores chillones; olor a frambuesa y brillantina. Un bello ser se materializó junto al hombre y lo saludó.
-O gran elegido; soy la princesa de Narninia y…
-Un segundo, Un segundo… enseguida acabo…
La mujer, pues su fisonomía recordaba poderosamente a una mujer en sus principios básicos y curvilíneos, boquiabierta espero a que el otro trazará una recta triunfal que cerraba el perfil mecánico y anotaba algo junto a ella.
-Ya, bueno… digame que se le ofrece….-
-Soy la princesa de Narninia- repitió ella- Enviada a recoger al elegido que salvará nuestro mundo y dirigirá nuestro ejercito de luz y bondad contra la oscuridad en la ultima y mas apoteosis batalla jamás vista por seres pensantes…-
Sin variar su gesto el hombre escucho su alegato y lo reflexiono un instante.
-Interesante….. ¿así que he sido elegido?; ¿Yo en particular y ningún otro?.. ¿en base a que?-
-La profecía… la profecía lo anuncio y mi pueblo reza para que la profecía se cumpla…-
-A… Ya… una profecía…-
-Entiendo que tengas miedo…. -La ser lo miro alzando las cejas, los dos pares- Por que.. ¿tienes miedo no?… debe ser tan increíble para ti… ya sabes… la profecía… la guerra…-
-En absoluto; la verdad es que me creo todo lo que dices. Tu mera existencia va en contra de la mayoría de preceptos que tenía formado sobre el orden del mundo, así que no tengo razón para no creer todo lo que me digas, ya que si tu existes…. ¿por que no lo que cuentas?-
-Entonces… ¿vendrás conmigo y cumplirás tu destino?- preguntó ella ya algo nerviosa-
-La verdad… es que no acabo de verlo claro… ese místico ejercito que he de comandar… ¿Está formado por criaturas tan fantásticas como tú?-
-¡O si!: centauros de fuego que pueden hacer arder el cielo y ogros de montaña de tal tamaño que sus lagrimas tardan días en tocar el suelo… y muchos muchos mas…-
-Suena impresionante… y ese mal a combatir… ¿es tan malo?
-¡Es la misma esencia de la corrupción!; el mago Voldecor dirige unas huestes infernales con millones de criaturas a sus pies, ¡mientras hablamos sus tropas se preparan para destruir mi mundo!-
-¿Pero que ganáis conmigo?…. ¿Acaso soy mucho mas inteligente que tu raza?…- la misma mirada de ella, cargada de la experiencia de la vida cien soles, le hizo temblar y rememorar su vida en un instante- No… eso no puede ser evidentemente… ¿Entonces que ventaja estratégica adquiríais de tenerme a mi, una persona sin experiencia militar alguna, al frente de un ejercito así?
-Pero… ¿QUE?.. ¿Acaso no quieres cumplir tu destino?… ¡salvar un mundo y convertirte en un héroe legendario!-
-No es cuestión de destinos… sino de hechos… si no me justificas por que me necesitas, de que os puedo servir de algo, entenderás que la perspectiva de alistarme voluntariamente en una guerra así…. no me atrae mucho la idea de ser responsable de semejante puesto sin razón…
-Bueno… - El gesto de ella se volvió increíblemente pensativo mientras recordaba- la verdad es que… hay un anexo en la profecía… que narra que la raza humana es imprevisible, una corriente impredecible…. y por ello nos dará la victoria…-
-A claro… Ahora lo entiendo mejor… os falta inventiva… la capacidad de sorprender e improvisar que tendría una raza mas joven e hiperactiva como puede ser los humanos a vuestros ojos… -pensó en ello y rebuscó en un cajón de su mesa- Tu pareces una buena líder, ¿por que no comandas el ejercito?… seguro que lo haces mejor que yo… y si necesitas “improvisación humana” esto te ayudara. Te aseguro que es la síntesis absoluta de la forma de pensar del ser humano - Deposito en su palma un objeto y cerro el puño entorno a el- Solo tienes que usarlo cuando necesites tomar una decisión que requiera de ayuda.
-Pero… pero…
-No te preocupes, si necesitas consejo aquí seguiré… suerte con la guerra.
Ella desapareció en un humo carmesí, dejando al Ingeniero con su proyecto terminado y ya pensando en el siguiente.
En un reino de magia, la princesa abrió su mano y observó con ceño fruncido el pequeño dado de seis caras….