La popularización de los programas P2P ha provocado que la venta de CDs de música haya caído en picado, de ahí que desde los tiempos de Napster las redes de pares se hayan convertido en el enemigo público número 1 de la industria discográfica internacional, que no ha encontrado la manera de frenar un fenómeno que les supera y que, esto es lo peor, no comprenden.
La mayor parte de los sellos musicales son gigantes con pies de barro, grandes empresas que no se han sabido adaptar a los tiempos que corren y que ven impotentes cómo año tras año los artistas a los que representan venden cada vez menos discos. Para frenar esta vorágine perniciosa para sus intereses han utilizado a un ejército de abogados con los que han tratado de cerrar multitud de redes P2P, han demandado a decenas de miles de internautas y han promovido el uso de sistemas anticopia. Al final, ninguna de estas iniciativas les ha servido para vender más CDs o para acabar con la supuesta piratería.
Vistos los malos resultados de la estrategia que han seguido hasta el momento, ahora está comenzando a coger cuerpo una nueva propuesta que pasaría porque los ISP cobraran una tasa de 5 dólares extras al mes a los internautas que quisieran utilizar programas P2P como BitComet, eMule, Ares, Limewire o Shareaza. El dinero que se recaudara iría a parar íntegramente a manos de las discográficas y de las entidades gestoras de los derechos autor, que a cambio darían su visto bueno para que quien hubiese abonado tal cantidad pudiera descargarse todas las canciones que quisiera sin tener que estar pendiente de posibles denuncias (en los países anglosajones no existe el derecho de copia privada, por lo que bajarse material sujeto a derechos de autor es ilegal).
La propuesta parece interesante, pero contiene un problema de base. Me explico: si las discográficas obtuviesen el visto bueno para recaudar 5 dólares por internauta, es obvio que Hollywood demandaría el mismo trato. Y después las editoriales, y más tarde las cadenas de televisión, y a continuación... vamos, que al final nos encontraríamos con que deberíamos pagar cantidades desorbitadas para poder navegar con tranquilidad.
Además, en el caso concreto de los países como España en los que existe un canon compensatorio por copia privada, se supone que éste debería desaparecer antes de aplicar una norma de este estilo. ¿Estarían dispuestas la SGAE o PROMUSICAE a renunciar a tal maná por las buenas? Es más, con la encriptación de las comunicaciones en los programas P2P a la vuelta de la esquina que se supone que imposibilitará a terceros el adivinar qué nos bajamos, ¿tendría sentido pagar una cantidad extra todos los meses por algo así?
¿Qué os parece a vosotros esta propuesta que se está gestando en Estados Unidos y Canadá? ¿Estaríais dispuestos a pagar 5 ó 10 euros mensuales más a la SGAE y demás entidades de autor? ¿En ningún caso, sólo si englobara música y películas o únicamente si desapareciera el canon?
Fuente: abadiadigital.com
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