La primera vez que supe de Yolanda Díaz, me llevé una buena impresión. De ella destacaban principalmente su entereza y su capacidad para el diálogo. ambas cualidades son excelentes en política y si a esto añadimos una voz suave y una imagen de mujer tranquila, reflexiva....vamos, que todo parecía indicar que podría ser la figura necesaria de cara a una renovación de la izquierda estatal. Un proyecto ilusionante.
Vaya por delante que soy votante de izquierdas de siempre, donde yo vivo, tenemos nuestra propia agrupación de izquierda y cuenta con unas bases fuertes y estables. Digo esto porque puede que lo que voy a decir haga pensar a alguien que soy un fanboy de Podemos. y no es así, aunque en una ocasión les di mi voto para.las generales. El caso es que como votante de izquierda, Podemos es la opción que más se acerca a mi pensamiento entre los partidos de ámbito nacional.
No cabe duda que el partido de Belarra se ha granjeado una enorme antipatía por parte de los poderes fácticos del país. Con mayor o menor grado de acierto, con mayor o menor intensidad, han ido marcando una política en la que priman los intereses de la clase trabajadora sobre los del gran capital. Esto ha hecho que a Podemos se le eche encima la práctica totalidad de los medios de comunicación y, mediante mentiras, manipulaciones y falsedades, su imagen se ha visto gravemente dañada. Escribo todo esto para contextualizar lo que a continuación, me dispongo a explicar.
Como ya hemos visto recientemente, Yolanda Díaz, la autoproclamada y flamante nueva candidata por Sumar, ha ido contactando con todos los descolgados de Podemos, con los que ha creado una especie de trinchera a la que falsamente, han querido dotar de aires de unidad. Resulta paradójico que bajo la etiqueta "sumar" lo que se pretende es dividir, explico el porqué: Para la confluencia de dos fuerzas políticas, éstas han de dialogar. Como en toda negociación, se ha de ceder un poco en pos del consenso. Esto significa que se ha de respetar la envergadura(los votos) que tienen ambas formaciones y, en última instancia, se han de realizar unas primarias para determinar en manos de quien caerá el liderazgo de la formación.
En este punto, creo que es de vital importancia comprobar el extraordinario papel que el conglomerado mediático(prensa, tele, radio) ha jugado en esta cuestión. Desde un principio a Yolanda la han encumbrado, dándo una muy buena imagen de ella, sin sacar trapos sucios ni manipular relatos en su contra. En contraposición, a Podemos no le dan respiro. Es alucinante comprobar como se miente y se ha mentido sobre esta formación, llegando incluso a crearse un contubernio periodístico-policial(véase el #Ferrerasgate) con el único fin de dañar a Podemos, saltándose a menudo cualquier ápice de ética, dignidad y código deontológico alguno.
Yolanda es conocedora de estas prácticas pero no las denuncia. No las denuncia porque no le interesa. Todo parece indicar que la autoproclamada lideresa de Sumar tiene muy claro su objetivo, que no es otro que el de liderar un partido político, lo cual es del todo respetable. Sin embargo, pareciera que no le importaran demasiado los medios para conseguirlo.Por lo tanto, lo que era un soplo de aire fresco en el seno de la izquierda, no tardará en ser vista como un eslabón más de los que conforman los partidos que fielmente,protegen el régimen del 78. Vamos, un bluff en toda regla. Además, pienso que tácticamente, se equivocan queriendo imponer unas condiciones muy poco equilibradas en el seno de la futurible coalición. Pienso que no calculó bien Yolanda y que pensó que Podemos se plegaría a sus exigencias y se sometería obedientemente o, en caso de que el partido de Belarra no se adscribiera a la coalición, los votantes castigarían electoralmente al partido morado.
Creo que todavía hay partido y muy a pesar del avasallamiento que recibe Podemos por todos lados, los morados pueden llegar a salir reforzados de esta diatriba, no en votos, pero sí en la solidez de sus bases.