El problema es que el iPod usa un método un tanto especial de ordenación y clasificación de la biblioteca, mediante un fichero de base de datos, mientras que su ubicación real es como dices, desperdigados sin orden alguno entre 50 directorios con nombres extraños.
La solución es que Apple y Sony llegasen a un acuerdo para que la PS3 pudiese "entender" esa base de datos y por consiguiente reconstruir toda la biblioteca multimedia.
En todo esto hay un "pero" un pelín gordo según veo, y es que Sony a fin de cuentas y pese a que ande un poco de capa caída en el campo de reproductores de vídeo/audio portátiles, siguen teniendo mercado de walkmans, así que no sé hasta qué punto les puede interesar el acercamiento al iPod.