Si tienes fe en tu novela te recomiendo que te la juegues en un concurso. Si resulta que el jurado decide que no es lo que el mundo necesita, entonces tendrás que apechugar, pero ya sabrás a qué atenerte. Las editoriales funcionan igual. Es cosa de valor de mercado, no de cultura.
Así que tendrás que buscar a muerte, dejarte la piel, los cuernos, lo que tengas, una editorial que confíe en ti. Si la consigues (cosa jodidamente difícil) entonces serás un afortunado. Ellos cuidarán de ti, se encargarán de todo. Tú solo tendrás que esperar y, si acaso, rezar para el próximo 23 de Abril estar firmando autógrafos como autor revelación del año.
Por otro lado puedes autopublicarte tú. Es menos prestigioso y más difícil, también algo más barato. No obstante, si el material es bueno, tú eres tu propio trampolín, tienes un círculo de amigos y conocidos que lo compran en serio y se lo leen (que no lo hagan por caridad, vamos), el boca a boca puede salvarte el pellejo.
Si se da ese caso, entonces nos encontramos ante una ironía, sabrosa esta vez. El autopublicarte al principio te convertirá en un paria pero si cosechas éxito pese a ello ten por seguro que pasarás de ser lo primero a convertirte en un genio. Un genio que, posiblemente, sea considerado o bien un genio de culto o un gobernador de masas.
Toda la suerte del mundo. Este mundo está algo podrido. Ah, haz caso a Voz de los Muertos (Dios santo qué pedazo de libro, cómo me mola Orson
), registra tu obra antes de llevarla a ningún sitio. Si la vas a presentar a un certamen tampoco hace falta que la registres porque si da la casualidad de que ganas (bueno, eso es verdaderamente difícil) tendrás que cederles los derechos, pero en caso de ir a publicar o presentar a editorial, repito, regístrala, porque si no lo mismo te encuentras tu novela con ciertos "matices" y el nombre de otro que no eres tú en su portada.
Ánimo, valiente. ^^