Corría el mes de septiembre cuando Qualcomm encendió la mecha de la que podía ser una de las operaciones más grandes en la industria de la electrónica. Según fuentes consultadas por el Wall Street Journal,
el fabricante de chipsets móviles estaba dispuesto a adquirir Intel como posible respuesta a la crisis que atraviesa la compañía, cuyas acciones han caído más del 50 % en lo que llevamos de año.
Dos meses después, Qualcomm vuelve a las noticias con un jarro de agua fría para quienes esperaban esa aventurada compra.
De acuerdo con
Bloomberg, que posee sus propias fuentes en ambas compañías, si bien es cierto que Qualcomm se acercó a Intel para debatir una posible compra, los obstáculos "financieros, regulatorios y operativos", incluyendo la necesidad de asumir los más de 50.000 millones de dólares de deuda acumulados por Intel, hubieran dado lugar a un proceso extremadamente lento y complejo, particularmente en China. Ante esta situación, Qualcomm habría decidido dar marcha atrás.
Dado que técnicamente seguimos hablando de rumores, ninguna de las empresas implicadas ha querido realizar declaraciones oficiales. Pese a ello, Cristiano Amon, máximo responsable de Qualcomm, ha dado a entender de forma bastante clara que ahora mismo no hay interés alguno en hacer una oferta por Intel. Según Amon, "ahora mismo, en este instante", Qualcomm no contempla "ninguna gran adquisición" que hiciera necesario invertir los 22.000 millones de dólares que espera ingresar de aquí a que termine el año fiscal de 2029. Dicho de otra forma, Intel ya no está en su punto de mira.
En cuanto a Intel, la compañía sigue enfrascada en una ardua transformación como consecuencia de su fracasada apuesta para convertirse en fundición de chips para terceros, compitiendo así con firmas como TSMC y Samsung. El resultado es una acumulación de pérdidas inédita en la historia de la compañía, con un quebranto de
16.600 millones de dólares durante el último trimestre y la previsión de que el próximo ejercicio tampoco será bueno.
Fuente: Bloomberg