Ayer caminaba yo bajo la lluvia, paraguas en mano, mientras intentaba buscar un estanco. Iba preguntando a las personas que hallaba refugiadas en porches y portales si conocían alguno cercano, pero no tenía suerte... Y cuando me encuentro con una mujer, le empiezo a preguntar;
- Perdone, ¿sabe si...?
Y antes de que termine, ella hace como que no me ha visto, se mira el reloj y se larga... Puta...
Y hace tiempo, tuve ocasión de comprobar lo asqueroso que puede llegar a ser el género humano, pero aquella vez fue peor:
Yo llegué a Pamplona desde un lejano pueblo donde cursaba mis estudios, y no me había dado cuenta de que me había gastado casi todo mi dinero y no me quedaba casi. Como todavía me faltaban 10 pesetas (sí, habéis leído bien, 10 pesetas) para el billete del autobús que todavía tenía que cojer, pensé que podría ir pidiédoselas a la gente, que alguien me las daría...
¡Y una mierda! Paré por lo menos a 9 personas en la calle, y nadie, absolutamente nadie, me quiso dar 10 miserables pesetas!!! ¡Qué cabrones!
Finalmente se me ocurrió montarme directamente en el autobús y una vez allí simular que me había dejado la cartera en casa para darle pena al conductor. Así que me fui a la parada, y cuando llegué ví que había más gente... y se me ocurrió volver a intentar lo de pedir un dinerillo con una mujer.
Ésta sí que me dio 10 pelas, pero cuando le empecé a contar "
Es que acabo de volver de un pueblo y ..." me cortó, la muy hija de puta, con algo como "
Sí, si, no me importa ". Seguro que pensó que era para droga, me suelen decir que tengo cara de delincuente pero esto era ya excesivo.
Para que veáis qué asco de humanidad.