Copio la gamberrada con la que abrí el hilo antiguo del que habla Campanilla, y aqui lo teneis
http://www.elotrolado.net/showthread.php?s=&threadid=353047&highlight=postizo+gamberradas por si le quereis echar un vistazo.
Situemosnos en el año 1988, década de los 80, ya sabéis, jevis a tutiplé, pantalones estrechos, muñequeras de pinchos, greñas, los maiden, metallica y un largo etc. Y ahí estaba yo, un tierno adolescente de 12 años, y como no iba a ser menos, atrapado por las redes del movimiento jevi, pues bien, una de esas tardes en las que uno disfrutaba callejeando por su barrio, acompañado por mi amigo y compañero de clase Felix “el cebollino”, un tío al que podias hacer sangrar al pegarle un pellizco y no se inmutaba, al que uno de mis profesores de aquella epoca, Don Pablo, bautizo, dando plenamente en la diana, con un nuevo estilo de jevi, el jevi-plástico.
Pues esa tarde, después de mucho callejear, caí en la cuenta de una navaja, que no se como, había aparecido en mi casa y de la que me había apropiada, la navaja era preciosa, no era albaceteña pero era preciosa, era muy fina y con una hoja también muy estrecha y punzante. Le comente al “cebollino” de mi reliquia, y los dos fuimos a mi casa en busca de la susodicha. Una vez la teniamos en nuestras manos no se nos ocurrió otra cosa que dedicarnos a utilizar la navaja para rajar ruedas de coches, si como leéis, yo rajaba las traseras y el “cebollino” las delanteras, si os digo la verdad no recuerdo la cantidad de coches a los que rajamos las ruedas, pero fueron bastantes, el ejercicio de esta actividad nos llevo a las cercanías de mi colegio, pues bien después de dar la vuelta a unos bloques cercanos al mismo, siento que por detrás alguien me agarra, era un hombre de unos 50 años, me dice que va a llamar a la policía y que se me va a caer el pelo, joder me había trincao!! Yo, preso del nerviosismo le digo que no había hecho nada, que no tenía la navaja, a estas mi amigo debía estar en su casa de la carrera que se pegó. Pero el chándal me salvo, cuando había dado unos pasos hacia su casa, y quien sabe si hacia la cárcel logre hacer varios movimientos con el brazo, que es por dónde me tenia agarrado y escapar cual alma que lleva el diablo, al día siguiente uno de nuestros amigos nos comento que al tío le habían rajado las cuatro ruedas del coche. Más de un mes tuvimos, mi amigo y yo, que ir al colegio por un camino distinto al que habitualmente utilizábamos y no volvimos a coger la navaja nunca mas, ni pa cortar el chorizo!!.