El caso es que vivo en el típico piso de estudiantes que siempre está lleno de mierda y que nunca hay de nada. Bueno, pues esta vez lo que se había acabado era el papel de culo. Lógicamente yo me dije: psa, tiramos de pañuelos y a correr. Esta ya era una maniobra conocida por mi ya que la situación se repite al menos una vez al mes (en otra ocasión os contare cuando se nos acaba el gas y toca cocinar con el ventilador del portatil o cuando se nos acaba el aceite y hay que hechar la del atún claro), con lo que me dispuse a cojer un tantas veces socorrido paquete de clinex. Procedí a la defecación y a la posterior limpieza y fue al ponerme de pie cuando note un frescor anal jamás sentido en mi. Era como si me hubiesen puesto un caramelo de menta a modo de supositorio. El caso es que me fije en el paquete de pañuelos y era de estos del mercadona mentolados. Ya han pasado unos 10 minutos y sigo teniendo una increible sensación de frescor anal. Ahora el problema está en que no se si me gusta o no