Pos yoooo.... varios. Mi primera vocación era veterinario. Alucino con toda clase de bichos, y no le tengo pánico a ninguno. Era un auténtico problema de pequeño para mis padres (imaginaos al Daredevil chiquitín acercándose tó contento con os brazos abiertos a un peazo buey de 600kg, y gritando "miiiiraaaaa, maaaaamaaaaaa, unaaa vaaaaaca rrraaaaaandeeeee"
)
Posteriormente, descubrí que los veterinarios curan los bichos, pero los que hacen fotos en áfrica, y que se cuelgan de helicópteros para ver rinocerontes y jirafas són más bien biólogos. Y cambié de opinión. Sería biólogo. Y como estaba igual de chupao que Cousteau, me iría de coña.
Al margen de eso, hay la vocación latente de toda la vida, que nunca se me ha quitado de la cabeza, y que poco me faltó para cumplir (hasta que me decidí por la actual -sigue leyendo-) Es uno de los clásicos infantiles, solo que a mi me duró hasta pasados los diecinueve: PILOTO DE CAZAS!!!
Mientras todas esas cosas pasaban, empezé a tener criterio, y pensamiento propio. Y me dió por responder a todo el mundo, por hacer plantes en clase, por ir a hablar con el profe en privado, por quejarme de lo injusto que era el último exámen, por convencer a mis compañeros de clase de que no respondieran a ese exámen que era injusto (cabrones opresores!), y (como no) por intentar arrancar algún que otro aplauso después de defender a gritos lo correcto que había sido negarse a responder a ese claramente injusto exámen fruto del abuso de poder basado en un sistema educativo que oprime al alumno (to-ca-te-las-bo-las
). Y me dije: tate, lo tuyo es la política!
Y así se quedó la cosa. De cabeza a la Universidad a estudiar para ello, y ahora mismo no me puedo quejar, tengo un buen curro en el que puedo desarrollar esa vocación al cien por cien.
Mola, no?