¿Qué le ha pasado al periodismo deportivo?

Pues acabo de leer un artículo sobre la decadencia del periodismo deportivo actual, bastante, cuanto menos, interesante:

La parasitología, esa rama de la biología que se presume tan fascinante como repulsiva, tiene entre sus numerosos objetos de estudio uno especialmente llamativo para nosotros los profanos. Uno de esos que resultan carne propicia de documental de La 2. Nos referimos al Leucochloridium paradoxum, un gusano parásito cuyo ciclo vital se basa en una curiosa habilidad para “controlar mentes”. Es cierto que son sólo mentes de caracoles y no las controla exactamente, sino que daña la capacidad de estos moluscos para distinguir la luz haciéndolos por ello más proclives a permanecer en zonas donde se vean amenazados. A su vez, toma posesión de alguno de sus tentáculos para hacerlos semejar con movimientos y vivos colores a algo parecido a una oruga. Expuestos y tentadores, los convierte en comida fácil para cualquier pájaro, en el medio perfecto para conseguir llegar a un huésped mayor. Una vez en el sistema digestivo del pájaro en cuestión, el parásito se reproduce y sus huevos son expelidos al mundo a través de los excrementos del ave, esos que serán consumidos de nuevo por los caracoles para de esta manera completar el ciclo.

Es cierto que la parasitología no trata como caso a investigar el actual periodismo deportivo, pero atendiendo al ejemplo del Leucochloridium paradoxum bien podría. Porque viven del deporte, perdón, del fútbol —y si acaso de algún deportista español de éxito—, se expanden básicamente a través de toda la mierda que puedan sacar de él (polémicas, confrontación, sensacionalismo, glorificación de lo anecdótico…) para que, de esta manera, sea consumida por la masa poco crítica o directamente descerebrada. Apelando así a sus más bajos instintos serán fácilmente manipulados para que continúen alimentando el gran negocio en que se ha convertido el fútbol de hoy día. Un ciclo perfecto. Parásitos dignos de estudio.

Aquellos años de lo escaso pero honrado

Probablemente esté de más decir que el periodismo deportivo no siempre fue como es ahora. Aquellos que comenzamos a interesarnos por el deporte en la década de los noventa o anteriores reconocemos con cierta nostalgia una época donde con matices y excepciones (siempre las hay) primaba el ejercicio periodístico honesto, el criterio, la profesionalidad del que responde a un código deontológico. Una época donde lo que más importaba era la información, la buena información como premisa vocacional. Cuando Marca era un ejemplo de calidad a niveles internacionales (por especial atención al Real Madrid que tuviera), las secciones deportivas de los telediarios se ceñían a lo que realmente importaba y El Día Después era un programa de culto. Un escenario donde una noticia sobre tenis o ciclismo podía ser portada con total normalidad y los periodistas en su mayoría eran individuos cercanos al anonimato que aceptaban su posición tras la noticia y no dentro de ella. Las ventas dependían de lo que debía contarse en vez de limitarse a publicar lo que más vende.

No todo era tan maravilloso, es cierto. Principalmente porque el volumen de información era mucho más limitado que en la actualidad. Los pocos periódicos o revistas especializados que encontrabas en el kiosco o lo que se escuchaba en los programas nocturnos de radio era básicamente la única forma de permanecer informado. Seguramente también fuera por ello por lo que la profesión se tomaba su trabajo con mucha más responsabilidad y vivía en permanente deuda con la verdad. El bien era escaso y había que cuidarlo.

Entonces, con el nuevo siglo, llegó internet; para hacernos más libres, para ofrecernos al segundo toda la información, opinión y discusión que pudiéramos soñar, para arruinar el periodismo irremediablemente.

El nuevo periodismo, el que no necesita periodistas

Hablar sobre todos los males del periodismo deportivo actual es de forma inevitable hacerlo de muchos de los males que acucian al periodismo en general.

Los avances que nos ha proporcionado internet en los últimos años son abundantes. Entre ellos destaca especialmente su desarrollo como medio de información instantánea. El suceso, en cuanto ocurre, se comunica y extiende por la red desde múltiples focos con suma velocidad (especialmente desde la irrupción definitiva de las redes sociales), lo que acaba por provocar que la inmediatez prime sobre la calidad. La información como tal deja de resultar potestad de unos pocos periodistas que monopolizan su transmisión a través de unos contados medios como en las anteriores décadas. Ahora los profesionales pasan a ser, en el mejor de los casos, un simple canal rutinario porque basta uno solo de ellos conectado con la fuente para que cualquier consumidor sea capaz de acceder a ella. Si incluso los portales de noticias pierden eficacia como medios de información genuina centrándose en copiar lo que algún otro ya ha dicho en otro lugar, el periódico del día siguiente alcanza para muchos carácter de auténtica reliquia. Ante una situación donde lo informativo ya no es un rasgo de exclusividad periodística, especialmente en lo resultante al deporte donde el marco es más reducido y la mayoría de lo noticiable está previsto con fecha y hora, el mercado de la opinión comienza a hacerse vital. El periodismo, y en el caso que nos ocupa, el deportivo, continúa sirviendo para informar pero con una preponderancia de lo valorativo. El periodista ya no se limita a contar lo que pasa, también cuenta lo que le parece. Los medios deportivos pasan a convertirse en empresas de opinión.

Nace un monstruo del que vivir

El deporte, a través de las últimas décadas, ha ido progresando como forma de negocio hasta convertirse, primero mediante la televisión, y en los últimos años también gracias a internet, en el escenario publicitario ideal para todo tipo de empresas. Un verdadero catalizador económico. Punta de lanza del nuevo capitalismo que ha acabado por convertir a equipos y jugadores en marcas con enormes fuentes de ingresos. Las nuevas estrellas del rock. El periodismo deportivo, siempre dependiente, ha ido paralelamente aumentando también su influencia sintiéndose legitimado a exigir su parte del pastel para acabar convertidas a su vez en meras empresas subsidiarias del deporte. Esto, cambiando deporte por política, también podría hacerse extensivo al periodismo generalista.

Porque, efectivamente, el periodismo ha pasado a ser fuente de opinión pero, sobre todo, opinión como recurso básico de una actividad empresarial. Los diarios, televisiones, radios…, cualquier medio de comunicación tiene como misión maximizar beneficios. Hay que ganar y hay que hacerlo vendiendo noticias y opinión sobre las mismas, pero en tal tesitura de agresiva competencia empresarial deben buscarse mejoras de productividad a toda costa, aunque muchas acaben atentando contra los principios básicos del periodismo. Uno de los pilares básicos es la obsesión de ciertos medios en adaptar su línea editorial a un colectivo concreto, a una determinada ideología, o en el caso del periodismo deportivo a un equipo con un gran número de aficionados. Para que esta resulte efectiva deban manipular la información con un barniz valorativo, perpetuando una perspectiva interesada, para que esa audiencia potencial lea lo que quiere leer y oiga lo que le quiere oír, independientemente de cuanta verdad resida en ella.

El deporte, como simple espectáculo, como forma de ocio que el negocio ha llevado a la hipertrofia, ha posibilitado que el periodismo que lo cubre se frivolice y pervierta hasta niveles solo equiparables al del periodismo del corazón, explotando métodos de productividad sin límites, sin escrúpulos.

Guerra deportiva y prostitución intelectual

No podíamos imaginarlo entonces, pero el día de la bestia fue aquel 2 de Julio de 2007, cuando un señor recién pintado por El Greco, y anónimo para la mayoría, era nombrado director de Marca tras la compra del Grupo Recoletos por parte de Unidad Editorial. Eduardo Inda estaba destinado a liderar una transformación del periodismo deportivo escrito que llevaría a corromper los principios más básicos del mismo a cambio de rendimiento económico.

No lo hizo sólo, qué duda cabe; directores y redactores del resto de periódicos deportivos del país se sumaron a la causa, pasando a convertirse definitivamente en aparatos propagandísticos de F.C. Barcelona y Real Madrid. Aprovechando la lucha de gigantes que sometía al fútbol que dividía a España a niveles deportivos pero también políticos. Era la guerra, perfecto escenario para intereses bastardos. Para que cada periódico defendiera con todas las armas necesarias al equipo del que vivía. Para hacer caja con los sentimientos de los aficionados, especialmente del sector más exaltado.

Portadas convertidas en banderas de un club, en cañón contra el enemigo, en la mejor tira cómica posible para el aficionado crítico o neutral. Otrora periódicos ahora convertidos en teletiendas de pijamas, tazas y plumíferos con escudo. Noticias manipuladas, titulares descontextualizados, polémicas baratas, anécdotas convertidas en noticia; todo ello para la exaltación del equipo propio y el disparo contra el rival. Los rumores sobre fichajes que nunca se producen como placebo de ilusión y las conspiraciones victimistas como kleenex del desahogo en la derrota; métodos de venta asegurada. Webs cuyos ingresos publicitarios se basan en el número de clics sobre las noticias publicadas y donde por tanto un titular sensacionalista que lo posibilite es lo único que importa, aprovechando así el secreto de que indignar atrae mucha más atención que contribuir. Haga clic aquí para dar salida a su espíritu de incredulidad o denuncia, pero haga clic.

En síntesis, el deporte esclavizado y el periodismo prostituido como forma de negocio.

La caja imbécil

Por desgracia no sólo el periodismo deportivo escrito se degradó persiguiendo rentabilidad económica, el audiovisual también aprovechó el mantra televisivo del “todo por la audiencia” para sacar tajada de tan suculenta presa. Incluso desde espacios hasta entonces de naturaleza discreta y formal.

Las secciones deportivas de informativos conocieron con la irrupción de Los Manolos en el telediario de sobremesa de Cuatro el fin de su condición seria y concisa. Con vocación de pequeño circo y métodos propios de los programas del corazón (Aquí hay tomate) ha venido trivializando la información deportiva para hacer de la chanza, el video de YouTube y el reportaje sensacionalista cebos para una audiencia más amplia que no tiene por qué estar verdaderamente interesada en el deporte. En mayor o menor medida es un tratamiento de la información deportiva que se ha ido extendiendo por telediarios de otras cadenas para conformar un paisaje de frivolidad conectado a otro de supuesta seriedad. El deporte como vulgaridad. Más que nunca como opio del pueblo.

Por otra parte, las madrugadas llevaban siendo franja deportiva desde épocas remotas en las que José María García metió los transistores en las camas, pero curiosamente ningún programa deportivo había fructificado en televisión a esas horas. Así fue hasta que llegó Punto Pelota, espacio de tertulia encendida, hija de la peor Crónicas marcianas y hermana deportiva de esa cumbre de la telebasura llamada Sálvame. El programa líder de Intereconomía erigido sobre el monotema Real Madrid contra F.C. Barcelona, viene a ser un híbrido entre discusión a gritos salida de cualquier tasca, el maratón de polémicas donde el deporte es solo un trasfondo y el teatrillo con personajes representando siempre el mismo papel. El engendro perfecto que mejor simboliza la degeneración del actual periodismo deportivo, centrado en remover los más bajos instintos que todo ser humano posee y especialmente el odio al contrario.

Flores en el vertedero

La mutación del deporte como auténtico monstruo económico y mediático lo ha plagado de malformaciones y parásitos, pero también ha posibilitado una cobertura de amplitud sin igual para regocijo de los verdaderos amantes de las muchas modalidades deportivas. No todo puede ser negativo cuando las televisiones ofrecen más acontecimientos deportivos que nunca y con una calidad de imagen nunca vista, cuando hay canales dedicados exclusivamente al deporte cubriendo desde torneos de tenis a mundiales de patinaje pasando por combates de boxeo o campeonatos de natación. No puede serlo cuando internet potencia la pluralidad y el diálogo y, si se busca bien, aún quedan periodistas íntegros e interesantes —más de lo que parece, aunque haciendo menos ruido— a los que seguir como la extensión perfecta a nuestra pasión deportiva.

Sin duda la red, con su profusión de foros donde los seguidores de cualquier deporte han podido intercambiar material y opiniones como forma extraordinaria de enriquecimiento y la expansión del formato blog que le ha dado voz a gente anónima pero con mucho y bueno que decir, ha cambiado para mejor el ecosistema del deporte. El acceso a información y opinión de calidad de medios extranjeros o de periodistas españoles concretos que dignifican la profesión, tales como Gonzalo Vázquez, Axel Torres, Santiago Segurola, Michael Robinson, Rubén Uría, Ramón Besa, Martí Perarnau y tantos otros, constituyen un fructífero terreno para los exiliados del manicomio más mediático.

En el fondo todo el conflicto parece fácil de explicar, y es que salvo estas excepciones comentadas donde la profesionalidad prevalece por encima de todo, lo gratuito o barato, por naturaleza, difícilmente puede ser bueno de veras. Los medios deportivos que permiten el acceso gratuito a su servicio se pliegan a llegar al mayor número de gente para sacar el más alto beneficio económico por publicidad aunque para ello haya que vulgarizar al máximo el contenido. Por contraposición los canales de pago como GolT o Canal Plus ofrecen una cobertura deportiva notable, como la ESPN en Estados Unidos o, en otros ámbitos, la HBO produciendo las mejores series de televisión. ¿Es concebible una web deportiva de pago aunque sea parcialmente? ¿Un periódico con un tratamiento imparcial de la información que tenga ventas suficientes para su subsistencia? ¿Es realmente posible otro periodismo deportivo de éxito? Son cuestiones de difícil respuesta, pero mientras alguien se decide a darles solución muchos seguiremos comprobando con lástima el maltrato deportivo de los grandes medios mientras nos recluimos en nuestros rincones de culto minoritario. Al fin y al cabo, más allá de todo aquello que lo rodea, el juego sigue siendo lo verdaderamente importante.




¿Qué creéis? ¿Cuando os parece que el periodismo deportivo dejó de ser tal para convertirse en un circo? ¿Siguen quedando posibilidades de leer/escuchar periodistas que busquen sólo la noticia deportiva REAL?

http://www.jotdown.es/2011/06/parasitos ... deportivo/
Hostia puta. Lo siento, no he leído ni una línea. TLDR la prensa deportiva ahora parece prensa rosa?

Y qué otra cosa se puede esperar si el el "movimiento estrella" del fichaje del año es hacer un corazoncito con los dedos?
En lo que a televisión se refiere (no hablo ya de prensa escrita) para mí todo esto comenzó cuando el fútbol comenzó a retransmitirse por cadenas privadas (Antena 3 fue la cadena pionera, con su partido de los lunes allá por la segunda mitad dela década de los 90), haciéndose rodear por pseudoprofesionales como Paco García Caridad y demás calaña que descubrieron el fútbol en ese preciso instante.

De ahí a lo que tenemos ahora: Mediaset con Lama, Carreño Juanma Castaño, Carbonero y demás morralla, y Punto Pelota con Roncerdo and company.

Prefiero mil veces la sosería que tenían Jose Angel de la Casa y Michel a la hora de narrar un partido, que los estupidos comentarios de Carreño, Castaño o cuando dan paso a la tía de turno que está a pie de campo para comentar cualquier gilipollez insulsa que ocurre en un banquillo.
@Peklet He tenido que googlear qué es TLDR xDD.

Si, algo largo si es, yo es que lo he leído almorzando [+risas] [+risas]

Sobre lo que dices, pues no es tanto lo que es ahora por los fichajes, sino lo que ha cambiado de hace... 10 - 15 años hacia acá.

Cuando Canal + tenía un programa de deportes con una voz en off en que de verdad se trataban los deportes (Más deporte creo que se llamaba), cuando en Estudio Estadio se hablaba de todos los partidos, cuando en los periódicos, aunque algo partidarios a un equipo, se podía leer sobre algo más, cuando no te llevaban a 8 cafres alrededor de una mesa a gritarse al estilo Crónicas Marcianas...
Periodismo deportivo = Oxímoron
Metallic Side escribió:En lo que a televisión se refiere (no hablo ya de prensa escrita) para mí todo esto comenzó cuando el fútbol comenzó a retransmitirse por cadenas privadas (Antena 3 fue la cadena pionera, con su partido de los lunes allá por la segunda mitad dela década de los 90), haciéndose rodear por pseudoprofesionales como Paco García Caridad y demás calaña que descubrieron el fútbol en ese preciso instante.


Joder, acabo de recordar que intentaron hacer una especie de tertulia televisada con los de Carrusel Deportivo (Ahora tiempo de juego)... en A3 o T5. Lueo llegó cuatro, empezaron con Maracaná, que se quedó entre El Dia después y Los Manolos... ni tanto ni tan calvo [carcajad]
Ahora está de moda hacer un salsa rosa de futbol por las noches.. Algo como El Día Después estaba bien pero lo que hay ahora es para que a uno le de vergüenza ajena.
crazy2k4 está baneado del subforo por "Flamer"
simplemente es una mierda el periodismo deportivo,con periodicos como as,marca,sport,mundo deportivo....
gentuza como lama,carreño,punto pelota en general....es mejor pasar de ellos,yo hace ya tiempo que paso de todo este circo,simplemente veo los partidos,y depues el resumen de la jornada,paso de debates,polemicas y demas basura que solo crean divisiones entre la gente
Más que periodismo deportivo, diría periodismo futbolero. Sigo bastantes deportes y en ninguno he visto la chabacanería y las ganas de polémica como en el fútbol. Lo harán bien o lo harán mal, habrá a quien le guste y a quien no. Pero no dan asco.

El problema es que como las enfermedades, tiende a extenderse. Ya lo sufrimos con Nico Abad en las retransmisiones de las motos en telecirco. Cada vez que habla, las ganas de matar en España aumentan.
Me lo he leido enterito. Y lo he distribuido. Sólo peudo decir que no cambio ni una coma
Los comentaristas a pie de campo deben desaparecer. No aportan nada. Solo hacen las mismas preguntas y no se dan cuenta que los jugadores siempre responden lo mismo.

A los únicos periodistas que respeto son a Maldini y a Axel Torres
Pues para empezar muchos periodistas deportivos no tienen cultura deportiva, solo saben de Barça y Madrid, ya ni te cuento como les pidas hablar de otro deporte, y es que como gran aficionado a otros deportes o buscas en páginas especializadas o los medios generales no le dan bola o a veces meten la pata hasta el fondo (y hablo de medios deportivos cuando digo generales que ya de por si ellos deberian ser especialistas en deporte)
Es de risa...y si ya no eres del Madrid o del Barca te dan ganas de pegarte un tiro, ya que parece que eres aficionado de un club extranjero.

Pero bueno, míralo por el punto positivo...yo, como tu (creo), soy fan de la NFL, y poco a poco me he ido distanciando del fútbol que es el que pervierte a la prensa deportiva. Leo fuentes americanas del deporte que realmente me gusta y me lo paso genial...el único contrapunto que tiene es que apenas conozco a gente con los que comentar la jornada (por no decir la gente que te mira super raro cuando les dices que te gusta el futbol americano XD)
Yo he empezado a cojerle asco especialmente a Juanma Castaño, me parece que es al fútbol lo que Nico Abad a las motos. No aguanto sus aportaciones en las retransmisiones de partidos de Cuatro-Telecirco.

A otros como el mencionado Paco García Caridad, Eduardo Inda o Albert Luque, les tengo asco desde hace bastante tiempo ya.
El periodismo deportivo no, el periodismo en general.

Quitas Marca y Mundo Deportivo y pones El País y La Razón
Quitas Barça y Real Madrid y pones PSOE y PP y tienes exactamente el mismo fenómeno.

Lo mismo puedes hacer con las TV, Radios y demás medios de incomunicación.
bandro escribió:Es de risa...y si ya no eres del Madrid o del Barca te dan ganas de pegarte un tiro, ya que parece que eres aficionado de un club extranjero.

Pero bueno, míralo por el punto positivo...yo, como tu (creo), soy fan de la NFL, y poco a poco me he ido distanciando del fútbol que es el que pervierte a la prensa deportiva. Leo fuentes americanas del deporte que realmente me gusta y me lo paso genial...el único contrapunto que tiene es que apenas conozco a gente con los que comentar la jornada (por no decir la gente que te mira super raro cuando les dices que te gusta el futbol americano XD)


A mí lo que me pasa es que suelo ver la jornada en diferido... de hecho comiendo he visto el resumen de la jornada del plus, y esta noche empieza la siguiente [+risas] [+risas] . QUe por cierto, así debería ser con todos los deportes... unos 2 o 3 mins+- por minuto por partido, un reportajillo, y ya tienes un programa de una hora.

Últimamente he puesto algún día el "conexión TDP"... y joder, no hay color con lasexta y cuatro.
El periodismo deportivo de hoy en día es una plasmación del aficionado medio de hoy en día,sin más.Es un proceso que se retroalimenta:los medios ven que consiguen más seguidores y los seguidores,muchos con una escasa capacidad de critica, acaban por asumir que ese nivel es lo normal.
Y fruto de esta sinergia tenemos Punto Pelota,el villarato,las portadas de AS/Marca/Mundo deportivo etc copadas con culebrones de fichajes
Finrod_ escribió:Pues para empezar muchos periodistas deportivos no tienen cultura deportiva, solo saben de Barça y Madrid, ya ni te cuento como les pidas hablar de otro deporte, y es que como gran aficionado a otros deportes o buscas en páginas especializadas o los medios generales no le dan bola o a veces meten la pata hasta el fondo (y hablo de medios deportivos cuando digo generales que ya de por si ellos deberian ser especialistas en deporte)

Hace 2-3 jornadas o algo así, creo que fue Paco González dijo que Del Bosque estaba siguiendo a Fabrice para convocarlo y luego un par de colegas madridistas diciéndome lo de Fabrice y yo.... ¬_¬ Pero si Fabrice ya ha debutado con la absoluta de Camerún
Periodismo deportivo, inteligencia militar, en fin...
el problema es el momento en que empezo a ser mas importante vender que informar.

a partir de ahi, como vende mas publicar cafradas, pues el resultado es lo que tenemos.

en mi opinion los comentaristas de las privadas no son tan malos (la mayoria del tiempo) pero sus retransmisiones que interrumpen de vez en cuando la publicidad si que lo son. [carcajad]

lo mejor seria quemarlo todo.
Los únicos programas deportivo que veo son Fiebre Maldini y los programas de Canal + de después del futbol, que aunque esté Cañizares y lo odie, y el Pichu ese, que es barcelonista y con el acento ese catalán, que madre mía.
Me gustaba el antiguo Estudio Estadio, te salian los resumenes de los partidos, las jugadas polemicas y ya esta. Desde que los programas deportivos se han convertido en un nido de viboras chismosas me dan asco y no veo ninguno. Soy del Real Madrid y no aguanto ni al Roncero, ni al Siro ni al calvo ese que siempre tiene la foto de Mourinho delante, tampoco a los talibanes del Barça que tambien los tiene pero no se ni sus nombres, solo el de Lobo Carrasco.
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