Hombre, a mi la verdad es q es dificil conseguir cabrearme por más de unos minutos, pero si que es verdad que están esas pequeñas cosas que hacen que te hierva la sangre. Por ejemplo, de estas veces que tienes muchísimas ganas de estornudar, y estás con los ojos entrecerrados e intentando mirar a la luz para provocar el estornudo, y viene tu madre/hermana a preguntarte que ropa te vas a poner para la boda de no se que familiar que es dentro de 2 meses y lo corta
O cuando vas con el coche y llegas tarde a una cita (ODIO llegar tarde!, soy muy puntual), y pillas todos los semaforos desde tu casa hasta el lugar de la cita en rojo, además de encontrarte el mayor número de moñas al volante posible por metro cuadrado.
Y tb cuando estás montando una práctica de electrónica, y necesitas por ejemplo un diodo zener de un determinado voltaje, vas a la tienda a comprarlo según el calculo teórico, vuelves al laboratorio, lo montas y ves que no funciona. Mides y calculas a ojo el valor que deberia tener, vas a la tienda, lo compras, vuelves al laboratorio, lo pruebas y te pasas de largo. Decides volver a la tienda a comprar 1 zener de cada voltaje que tengan, vuelves al laboratorio, pruebas hasta encontrar el bueno, y cuando lo encuentras te das cuenta de que tu compañero de laboratorio tenía una bolsa de no menos de 50 zeners delante tuya iguales que el que necesitabas desde el principio
(historia verídica).
En fin, todo esto se podría resumir con la frase: Murphy era un optimista
(por cierto, si quereis saber el origen de la ley de Murphy, solo teneis q preguntarme).