Siempre me impresionó mucho cuando era un crio, pero ahora que puedo jugarlo con créditos ilimitados, debo decir que la dificultad está muy pasada de rosca.
Lo que me encantaba era cuando potenciaba las armas y llenaba media pantalla con el ataque. Otro detalle curioso es la obsesión que tiene Capcom por dejar a los protagonistas de sus juegos en ropa interior.
Prefiero el Magic Sword o el Ghouls & Ghosts, que la verdad es que tampoco es que sean fáciles.