No te hubieras imaginado nunca que pedir un café al camarero es un acto contaminante. Si eres de los de mover cucharilla unas cuantas veces al día, que sepas que solamente un 0,2% del molido que se ha utilizado para preparar la taza es lo que acaba en tu barriga. El resto, es decir, un 99,8% de lo que se utiliza de café, es lo que sobra en cada operación.
Teniendo en cuenta que esta infusión es el segundo commoditie a nivel mundial, estamos hablando de que cada 500 sacos de café utilizado 499 van a parar al vertedero. «El problema es que generan una cantidad ingente de residuos que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero», explican unos jóvenes emprendedores con una idea para amortiguar este mal. Su invención, una oda a la modernización de su galaica tradicionalidad con la visión puesta en un planeta sostenible, no ha sido otra que reciclar los posos para utilizarlos como abono de setas autocultivables a domicilio. Resetea es el nombre de su emergente empresa micológica y sustentable.
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Puedes seguir leyendo el artículo en Yorokobu. Un poco extenso pero con una genial idea.
No creo que vayan de salvadores de nada. Van de una idea ecológica que sirve para reciclar miles de kilos de café que se desperdician. A mi me ha molado vaya. Si alguien quiere setas-ostra en casa, es muy fácil con el kit este.