Cuánta elección habitual, cuánto RPG y cuántos bits a partir de 32
(me extraña que aún no haya salido Shenmue).
Mi banda sonora elegida para la ocasión, por aquello de no nombrar a los de siempre, es la de
NiGHTS into Dreams. La primera razón es que está compuesta por melodías de gran calidad y que ambientan perfectamente el universo onírico del juego. La segunda razón es que es una banda sonora única en el mundo de los videojuegos porque
nunca oyes la misma canción dos veces.
Por si no os suena, os recordaré que NiGHTS fue un juego rompedor en muchos aspectos, aunque bastante ignorado al lado de Mario 64 o Crash Bandicoot (sí, esto último aún duele). El juego incorporaba un rudimentario sistema de inteligencia artificial para los monigotes de cada nivel, y la gracia estaba en que su estado de ánimo afectaba a la banda sonora, de modo que la música de una pantalla cambiaba radicalmente dependiendo de si estaban más felices o más cabreados.
Para que os hagáis una idea, cada música estaba compuesta por cinco o siete segmentos, y cada uno tenía cuatro variantes. Conforme jugabas ibas alegrando a unos nightopianos o enfadando a otros, de modo que la música de la pantalla jamás era igual, porque hasta la más sencilla tenía esta estructura:
4x4x4x4x4 = 1024 combinaciones posibles.
Ejemplo rápido con dos versiones de la primera pantalla:
http://www.youtube.com/watch?v=wbPsctb8hGUhttp://www.youtube.com/watch?v=NRs0DtMdrW4Podréis encontrar bandas sonoras más épicas, más espectaculares, más pegadizas, más lacrimógenas y con más millones invertidos en orquesta, pero la de NiGHTS siempre será una de las más innovadoras del mundillo.
P.D.: Ahora que la menciono, la de Mario 64 me encantó desde el primer minuto del vídeo-destripe promocional que venía con la Hobby Consolas.