Querer es.

Éste relato lo escribí hace unas semanas, apenas posteo ya escritos. Aquí pocas veces lo habré hecho, sobretodo estoy en el tema hardware e informática. No creo que ésta esté reñida con nada, a más aficiones mayor satisfacción.

Pues eso, me cuesta mucho escribir en 3a persona y más hacer diálogos. Abrirme en 1a me resulta más fácil, pero para contar las historias que tengo en mente debo crear un "mundo" con gente. Aunque en 3a también se pueden transmitir sentimientos, pero no me resulta tan creíble lo del narrador omnisciente.

Si esto de aquí, agrada, subiré algo más.
Me gustaría que más que si gusta o no, me dijerais si es algo "verosimil". Ya que a uno le cuesta IMAGINAR qué diría el otro, o cómo piensa, y todo esto.

Gracias.


EDITO: Al hacer copy paste, el texto no mantiente su formato, y en donde deberían ir espacios sale todo junto.
¿Alguien sabe alguna forma de pasarlo a modo html, sin pasarme dos horas poniento

?
:/


EDITO 2: 30-1
Después de muchos intentos fallidos por el problema del javascript ya funciona. Doy las gracias a Peter Anderson






Querer es




-¿Por qué me quieres?
-Eres bueno, listo, guapo.
-¿Sólo por eso?
-No, claro que no.
-¿Entonces qué más?
-Me siento genial estando a tu lado. Te veo sonreír y todos los problemas desaparecen...
-Más barato que el alcohol y más efectivo que el prozac...
-Cariño...
-¿Cariño qué?
-No digas eso.
-El amor, bueno no puede ser si es humano. Egoísmo puro. ¿Sabes por qué llora un recién nacido? ¿Sabes por qué es tan lindo?
-No...
-Para que así nadie pueda ignorarlo. Es su mecanismo de supervivencia. Llora para requerir atención, es guapo para que te enamores de él, te encariñes y no puedas abandonarlo nunca.
-Tú eres mi bebé...
-Sí, tu bebé. Pero el bebé que te hace sentir bien, y que se preocupa por ti.
-Y yo por ti...
-¿De qué modo? ¿Impidiendo que tenga líquido en mi credit card?
-No lo mires así, siempre tan negativo.
-No es negativo “ca-ri-ño”. Lo que quiero hacerte entender es que el amor es un acto egoísta, que tu felicidad radica en mi felicidad, y si tu quieres que esté feliz no es por otra razón que mi desdicha se convierte en tuya.
-¿Y eso...
-Entonces haces lo que puedas para hacerme sentir bien. Pero eso no durará para siempre, ¿entiendes?
-...No te parece bonito?
-¿Bonito? Bonito es un cuadro, un paisaje, un pez... no un sentimiento, no una relación de dependencia. Porque todos dependemos de todos y quien pretenda no sentir no es aceptado en la sociedad. Es excluido del gran circo del amor. Bueno, tiene muchas metáforas, el tren, los peces en el mar... hay para todos los gustos.
-Yo te quiero. ¿Me quieres tú?
-Claro que sí, pero, hasta cuándo no lo sé.
-¿Cómo que no? Yo sí lo sé, toda la vida amor mío.
-No me hagas ser sarcástico porque no quiero hacerte daño. ¿Entiendes lo que te quiero hacer entender?
-Sí...
-¿Seguro?
-...Y no.
-¿Qué no entiendes?
-El amor es bonito. No sé por qué criticas todo. No te entiendo a veces, con lo lindo que eres.
-Lindo es un gato, de esos que tanto te gustan a ti, lindo es un niño, de esos que siempre reniegas, lindo es... un país, un apellido de una escritora.
-Bufff, odio cuando te pones así.
-¿Así cómo? Así real, así incisivo? ¿Así sarcástico, así irónico? ¿así cómo? Dime, anda... dime...
-No lo sé. Así y punto. Me haces sentir mal, ¿sabes?
-Sé... ¿Tú sabes... cómo me siento yo por las noches?
-No, siempre te acuestas tan pronto.
-Eso me gustaría, poder acostarme pronto.
-¿Y por qué no lo haces? Si yo tuviera que trabajar lo haría.
-¿Y por qué no trabajas?
-No encuentro nada, es un asco.
-El asco, amor mío, es acostarme a las 5 justo cuando te oigo llegar, para levantarme a las 8 e irme a trabajar. El asco es estar dormido todo el día, con el agravante de casi perder más de una vez los dedos con la radial. El asco es...
-Si si, vale, vale. Soy una vaga.
-...el hecho de...
-¡Que sí, que ya vale! Todo lo hago mal.
-...tener que aguantar como puedo a base cafeína y amfetas.
-¡Captado! Haberlo dicho antes si tanto te molestaba.
-No, porque el amor me lo impedía, porque no quería hacerte sentir mal.
-¿Entonces por qué ahora?
-No puedo más. Y no sé si prefiero perderte a ti antes que el trabajo o mi vida.
-Está claro lo que quieres...
-No lo digas...
-Librarte de mi
-¡No! Claro que no, simplemente es que, entiéndeme.
-¿Entender qué? Te has cansado de mí, vale. No eres el primero, ni serás el último.
-Pero...
-Estoy acostumbrada a que me juzguen sin apenas conocerme. A que se quejen por usar un poco el plástico, a comprarme cosas para sentirme guapa.
-...¿cómo puedes ser tan frívola?
-No sé qué es eso...
-Si lo sabes. Muy bien lo sabes. No te hablo de dinero. Te hablo del maldito amor que tanto pregonabas hace un minuto. ¿Dónde está ahora? ¿Con los zapatos de piel o se ha escondido dentro del channel nº5?
-Patético...
-Sí... por mi parte lo es. Haber llegado a este extremo.
-El amor, cariño, está en el cielo. Ya lo cantaba John Paul Young.
-Si no fuera por estos meses juraría no conocerte. De hecho creo no saber con quién hablo realmente.
-Pues conmigo, con quién va a ser. Tu piba, tu churri, tu nena, tu osita, tu turroncito.
-Contigo, quién va a ser, mi amiga, mi deutora, mi lianta, mi derrochadora, mi...
-¿Tú...?
-Nada.
-Dilo, estoy acostumbrada. Llámame como quieras, no me importa. De hecho no necesito estar cachonda para nada.
-Esto no funciona así, hay algo llamado respeto. Si a ti no te importa a mí sí.
-Muy bien señor sensible. Es peor no decirlo y hacer daño, que lo sepas.
-¿Hacer daño?
-Sí, vaya manera de cortar, me tratas como a una cualquiera.
-No, no, no...
-Oye, que eres guapo, listo y todo eso pero...
-...No pretendía darte esa impresión...
-...piensa que hay mucho chico....
...sólo quiero que entiendas cómo me siento.
-...dispuesto a estar conmigo.
-No me digas eso, ¿sabes cómo me haces sentir?
-Y tú, ¿crees que no siento nada?
-Emma, sinceramente, ¿no te has liado con nadie de por ahí?
-...
-Dilo, maldita sea.
-¡No, claro que no! Por quién coño me tomas!
-Lo siento, pero es normal que lo piense. Y por favor, no grites, no por eso vas a tener más razón. Enfádate conmigo, de cualquier forma ya no puedo más, no me mantengo en pie. Voy a sentarme.
-Si claro, una de cal y otra de arena. Eres el único tío al que quiero. ¿Me oyes?
-Sí, te oigo. (pero no te creo).
-Lo daría todo por ti, lo juro.
-Entonces, ¿por qué sales siempre?
-Tú no quieres salir nunca, siempre estás cansado, yo qué sé...
-Alguien tiene que hacer doble turno para comprar tus caprichos. Ya que TÚ, no encuentras nada.
-Sí, victimízate, pobrecito.
-No me victimizo, te cuento lo que hay, y si no lo quieres ver, bastante ciega estás.
-¿Quieres que deje de salir, es eso?
-Supongo que sí.
-¿No quieres que me divierta?
-¿A expensas de mi felicidad?
-¿Tenemos que ser ambos infelices para que sea justo?
-No, en ningún momento he dicho eso. Pero ya que me mato...
-ah...
-...a trabajar, me gustaría al menos no tener que hacer las tareas de la casa, ver el desayuno, de vez en cuando, muy de vez en cuando.
-O sea, que quieres una criada, una chacha.
-Si lo ves así...
-Sí, es lo que veo. Que deje de divertirme para que te haga de comer, limpie la casa, te planche la ropa y te espere en la cama.
-Me conformaría con que me demostraras algo más que una sonrisa al darte una joya, a que me busques sólo cuando necesitas algo, no sé, no me llena, me pone triste pensar que prefieres mis euros a mis abrazos.
-¿No te gusto? ¿No me ves suficiente atractiva para ti?
-¿Qué...
-Esta semana no pude ir a la peluquería pero prometo ir mañana.
-...me estás contando?
-Quiero gustarte Pablo.
-Me gustas, más de lo que crees. Eres preciosa, divina. Al verte los chicos se quedan sin respiración, en los que me incluyo.
-¿Y por qué me dices esas cosas tan feas?
-(¿Y por qué tu no entiendes nada?) Yo no digo cosas feas.
-¿Cómo que no? Me estás contando que ya no te gusto, que quieres que deje de bailar porque estás celoso y que me quieres encerrada en casa para ser tu esclava.
-No pongas en mi boca palabras que no he dicho.
-Si lo dijiste, no seré muy lista pero tengo memoria.
-Memoria selectiva por lo que parece.
-Si crees que he engordado, dímelo, no me voy a enfadar. Iré más al gimnasio, palabra.
-Cariño, no es eso! Cállate por favor.
-¿Qué he dicho ahora?
-No es tu físico, eres perfecta, pero con eso...
-Si soy guapa, te gusto.
-...no basta!
-¿Quién me entró en la discoteca?
-Yo.
-¿Me entraste por mi CV?
-No.
-¿Por qué me entraste entonces?
-Por..
-¿Por mis estudios?
-No.
-¿Entonces por qué?
-Pues, no sé, fue verte y...
-¿Me entraste por mi carácter o por mi escote?
-...brillabas más que los miles de watios de la sala.
-Tu siempre tan poético.
-Es así, destacabas más que los focos.
-Sí, mis tetas te hacían código morse.
-Eso, quizás también, no sé.
-Se sincero ahora tú, está claro el por qué.
-Sí, vale tienes razón, fue todo eso.
-¿Y ahora me dices que no es suficiente?
-Antes no te conocía.
-Y ahora sí me conoces, ¿entonces qué pasa?
-Pues que sigo sin conocerte, no te dejas.
-¡Dios! No me digas que es por ese grano, ni lo había visto, tan pequeño que es. Qué vista que tienes cari.
-¿Puedes parar, por favor?
-¡No te entiendo!
-Yo soy quién no te entiende. Te lo volveré a preguntar, ¿por qué me quieres?
-Eres bueno, listo, guapo.
-Soy idiota, imbécil y tengo pasta. ¿Algo más?
-Idiota si eres, no hables así.
-Tienes razón, está claro que hablar no sirve de nada.
-¿Insinuas que no te escucho?
-No insinuo nada. Sólo digo que, SI ME QUIERES, no pases de mí como de la mierda. Que si trabajo y no duermo y me juego la vida por ti, no es por gusto, sinó para hacerte feliz. Que tu forma de demostrármelo es acostarte a las 6 de la mañana y yo, al volver a las 11 de la noche verte aún durmiendo. El piso hecho un asco de tus comidas nocturnas, tu ropa sin lavar, nada hecho. Que ni siquiera te levantas para darme un abrazo y preguntarme, "¿Qué cariño, cómo ha ido el día?" Que te despiertes cuando te llamen, te duches y con un adiós de pires para otra noche de farra, eso si hay suerte porque ahora ya le has cogido gusto a los after.
-Me dejas como una criminal.
-Si el desamor fuera pecado, ¿no te parece que lo serías?
-No está bien juzgar a la gente.
-Es mejor ignorarla, ¿verdad?
-No lo sé -llorando-. Necesito salir y divertirme, estoy pasando una mala etapa, tengo mucho stress y...
-¿y...?
-Tú no me entiendes.
-Y se te acaban los argumentos. ¿Qué digo? ¡Si no tienes ninguno!
-No me trates así... por favor.
-¿Tratarte cómo? Encima pretendes hacerme sentir culpable.
-Ahhhhhhhhhhhhhhhhh!
-Pero, Emma, ¿tu te ves? Me pregunto qué harás cuando encuentres a un tío vulgar, malo, egoísta, déspota.
-Nooooooo, no me dejes.
-¿Qué quieres que haga? Tu tren de vida es mi ruina, personal y profesional.
-Er-es maaal-oooooooo
-Sí, soy un misántropo que se mata por su pareja. Qué ironía, vamos.
-No eres eso, no eres malo. Pero no me dejes.
-Me pregunto qué será de ti cuando tu carne se vuelva flácida...
-¡Crueeeeeeeeeeel!
-Sí... cruel como la vida misma, como la... irracionalidad.



Emma, víctima de la sociedad de consumo. Es triste sí, pero esta conversación puede haber existido en realidad, en otro contexto, con otros nombres.
Karl Popper dijo que no se puede hacer entrar en razón a alguien que ha cogido sus ideales por otro medio. Hay gente que así lo vive, Emma no es más que una víctima, pero en estancias superiores (véase euros) este tipo de personas se dedica a arruinar la plácida vida de los Pablos. Que a pesar de tener una buena base y un mínimo de recursos prefieren no enfrentarse a éstos, para así terminar en una espiral de violencia que no hace sinó destruirles. -Suicidio psicológico-.
Los Pablos con el tiempo se darán cuenta de sus errores y plantarán cara con una bravura titánica a las injusticias en las que se vean sometidos.



Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo. Mahatma Gandhi