A todos nos lo preguntaron cuando éramos pequeños… era esa pregunta omnisciente que cualquier idioma o cultura se repite sin descanso ni verguenza, ¿Qué quieres ser de mayor?, algunos dirán que astronautas… y terminarán de mecánicos, otras bailarinas y con suerte serán secretarias.
Yo siempre lo tuve claro que quería ser, lo decía en alto, lo decía sin vergüenza ante todos lo presentes, quería ser puto.
Quería dedicar mi vida a dar placer, a reportar felicidad y dicha, ¿Qué oficio podía ser mejor?, ¿no es acaso una necesidad vital?, en la inocencia de mi niñez era incapaz de entender porqué los adultos veían tan mal una profesión que para mí parecía un sueño.
Me imaginaba a cada momento ser ya un adulto en mi trabajo, recreaba cada detalle en mi mente, hasta el mas nimio… el tanga de cuero que me pondría con los clientes especiales, los elegantes trajes para cenas e incluso el ramo de flores de un enamorado.
Y mis clientes… aparecían todos en mis sueños, desde la divorciada que adora rociarme con champán para lamerme entero, pasando por el alto ejecutivo que deseá que le aten y le pisen con zapatos de tacón incluso esa madre de familia, que ahorra el dinero de la compra para disfrutar bajo mi cuerpo y sentirse viva una vez al mes.
Tendría un gran piso, con habitaciones para todo lo que me imaginase…. Una para sado forrada de cuero negro, otra romántica de sabanas rojas e incluso tendría para los mas especiales, una verdadera jungla donde ser su fiera pantera…
No lograba pensar en nada más, en sus miembros suaves contra mi piel, sus pechos generosos apretados contra mi espalda, el olor de su sudor deslizándose por su piel y el temblor de sus cuerpos al llegar al orgasmo a través de mis dedos…
Ahí empezó el diario, escribía lo que haría, como me imaginaba a mis clientes y todos los detalles, no quería olvidar ninguno. Con los años adquirí gran práctica y no me era nada difícil expresar todo lo que imaginaba en el papel… Un día leyeron el diario y creyeron que tenía talento…
Y aquí estoy, escribiendo mis sueños para exitosas novelas eróticas, en un pequeño apartamento. Miles de personas se humedecen con mis palabras y son mis sueños el origen de sus intensos orgasmos…
Dicen que los sueños de la infancia nunca se cumplen, pero mío se cumplió con creces, aunque no de la forma que esperaba… y aunque no venda mi cuerpo como deseaba, la lujuría de mi mente se vende al mejor postor… por que después de todo soy un PUTO y siempre lo seré.