Compañera de mis réplicas y ruegos, de mis manías y miedos, de mis sueños y mis juegos. Confidente de mis secretos. Amiga de la imaginación y madre del silencio. Cómo desagradecerte tu atención monótona si ya no te tengo. Cómo alzarte en voz todos los gritos callados por mi mente, cuando a tu lado aprendía el significado del dolor. Cómo cambiar ahora los papeles, ser yo tu maestra y tú, mi aprendiz. Cómo explicarte que por una persona te perdí... ¿Realmente te perdí? Si nunca te quise... Cómo demostrarte que te vencí.
Consecuencia de tu existencia fue la inexplicación de la mía. Causa de mis miedos fue tu afán por mi vida.
Escondida tras las sombras me oscureciste el alma. Poseí la inseguridad de las manos de la inocencia. ¡También con ella jugaste! Pero me alié con la paciencia y ambas supimos esperarte... Esperar a tu desaparición. Esperar... simplemente, esperar.
Soledad, una vez más el tiempo supo poner las cosas en su lugar. Me enseñó que el silencio fue engendrado mal. La armonía le dio forma y le atribuyó importancia en el amor. Aprendí que a veces la infinita combinación de letras posibles no pueden conformar palabras dotadas de significados referidos a sentimientos, aparentemente, tan simples. Comprendí que amar es mucho más que ejecutar un verbo. Amar es un sincero 'te quiero' inmerso en el silencio. Amar es querer, y querer es poder. Poder amar es un don con el cual todos nacemos; darse cuenta de ello, es algo de lo que carecemos