Nunca me pasé este juego cuando lo tuve, ni ahora que puedo jugar emulado. Lo mismo algún día salvando la partida me de por terminarlo.
Es un juego difícil, no hay duda, hasta que consigues a Chin, que permite que el juego sea un poco más asequible, hasta que te lo maten o lo piñes en algún salto. Entonces mejor olvídate y reinicia la consola.
Y si consiguía llegar con todos los personajes vivos hasta el enemigo final, de nuevo la dificultad se dispara, y todos caían irremediable e irremisiblemente bajo un caudal de hostias y magias imposibles de esquivar y que quitaban más vida que Urdangarín subvenciones.
PD: Cada vez que jugaba con él también terminaba con los dedos doloridos. Incluso creo recordar que llegué a petar un par de mandos jugando, continúamente intentando realizar la patada voladora, que es casi el único golpe verdaderamente eficaz en todo el juego.
Aún así, un gran juego.