Naturalmente que todo el mundo desea comprar lo más barato posible y vender al precio más alto. Esto es una condición necesaria pero no suficiente, al menos para mí, para ser calificado de especulador.
Lo que distingue a un especulador de quien no lo es me parece muy sencillo; la finalidad con la que realiza la compra. El especulador jamás compra por afición de jugar, no tiene (o no debe tener) el deseo de jugar pues el juego le parece una pérdida de tiempo, solamente persigue el beneficio de la reventa.
Vamos, que quien colecciona y compra videojuegos con el afán de divertirse jugando con ellos (que es la verdadera finalidad del aficionado) no puede ser llamado especulador, por mucho que venda un determinado juego a precios especulativos.