hal9000 escribió:Justamente ahora estoy desayunando en una cafetería en la que un día me pusieron un cruasán manco y lo que es peor, al lado el miembro cercenado, fueron momentos dantescos y espantosos, entoavía estoy en psicoanálisis por tal visión
Según cada caso concreto quizá no hay que darle importancia, dependerá un poco de la sensibilidad de cada uno. Pero un establecimiento de hostelería, o una pastelería, tienen que tener un nivel alto de autoexigencia porque, de lo contrario, se dirigen a un escenario malo. Ahí están los programas de "Pesadilla en la cocina" de Chicote en los que se ven freidoras con aceite de ya no se sabe cuándo, congelados pasados de fecha, etc. Cuando se pierde el respeto por la forma, se termina perdiendo el norte.
Por ejemplo en un sitio público yo no aceptaría que me diesen un alimento que se cayó al suelo, fue recogido y puesto otra vez en una bandeja. Tampoco un dulce defectuoso aunque sea un defecto estético.
Eso podría valer en el ámbito particular, en la casa de esa persona a la que se le cayó el alimento al suelo, pero no en un establecimiento abierto al público. Si se pierde el respeto a la clientela, lo siguiente es perdérselo a la higiene alimentaria.
El caso más extremo que he visto en mi vida fue una cafetería donde le sirvieron a un amigo un café con leche con una mosca (bastante grande además, como para no verla) flotando. Eso es inaceptable y la persona que lo sirvió lo tuvo que haber visto pero al parecer le dio igual. Por supuesto se lo reclamamos en el momento.
Una cosa es servir alimentos de la llamada
quinta gama (precocinados industriales) y otra además ser tan cutre de darle al cliente un croissant dañado o con un defecto estético llamativo.