Os dejo por aquí una cosilla...
Mirando el polvo,
que cubre la recia tapa de un libro viejo,
paseaba yo, entre amarillas lomas soñadas,
evocadas por su título,
cuando quise volverme trovador o rapsoda.
Quise, ser poeta bigotudo,
soñador de mejillas encendidas, abrasadas,
por el frenesí y la furia del vino,
que viajara entre olivares, con una lira siempre a mano
y con bellos versos hendiendo el aire
desde los labios.
Con ellos, cantaría cada día, cada noche,
hasta dejar el cielo en carne viva.
Sangre, de escuchar los cantes
a mis sueños, a mis amores,
a mis viejos y nuevos dolores.
Cantaría también, a las abejas rendonditas,
con sus bailoteos e inquietos zumbidos,
trabajando incansables el polen
en los estambres de las más bellas flores,
¡oh azucenas de mis tristes noches!
Cantaría al azafranero, que dobla el espinazo
recogiendo oro, alegrías, azafranes.
Recogiendo las sonrisas de mis amores,
perlas, entre el agrío negro de mis mares.
Cantaría a la Luna, a las estrellas, al olvido
y al infinito, que se esconden
tras tu mirada de azabache.
Y sería feliz, sólo, cantando y pegando brincos
por el amarillo de mis cerros, junto a la glauca rama
de algún polvoriento olivo.
Un abrazo a todos!