Para Phil Harrison, vicepresidente corporativo de Microsoft, ofrecer una versión de Xbox One sin Kinect es positivo para todos: hará que se compren más consolas gracias a la apertura de oportunidades, lo que llevará a los desarrolladores a crear más juegos que podrán ser disfrutados por esos compradores. Un «círculo virtuoso», dice, que acabará beneficiando a todos.
En sus palabras: «La semana pasada hicimos un anuncio muy importante sobre ofrecer una opción a los jugadores, una sobre cómo quieren entrar en el ecosistema Xbox One, ofreciéndoles versiones de la consola con y sin Kinect».
«Y esencialmente eso es bueno porque abre el ecosistema Xbox One; cuantos más consumidores compren la consola, (…) más desarrolladores harán y más consumidores jugarán juegos, y estamos comprometidos a conseguir y mantener eso».
«Pero seguimos comprometidos», redunda Harrison, «con Kinect como forma premium de experimentar la visión de Xbox One». Aquí el ejecutivo repite los datos que dieron el otro día (más del 80% de usuarios de la consola usan activamente Kinect, etc.),y afirma que «cuando tienes esta experiencia premium es cuando Xbox One cobra vida».
«Kinect sigue siendo una parte importante de nuestra visión», decía Phil Spencer cuando se anunció el nuevo pack de consola sin periférico. Si tan importante es y tan esencial es para ver la cara buena de Xbox One, no veo ningún motivo para eliminarlo; yo sigo pensando que no es un movimiento especialmente bueno a largo plazo, pero, ¡quién soy yo para sentar cátedra, y más sobre esto!
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