En los cines del Itaroa tienen un "palco VIP". Cuesta unos dos euros más que una entrada normal, pero accedes aparte de todo el mundo, por un ascensor privado, y llegas a una sala con bar (en el precio de la entrada va incluída una consumición) y sillones para esperar ahí a que empiece la sesión. Cuando te apetece, entras al palco, que tiene capacidad para unas 20 personas, con asientos más anchos y cómodos de lo normal y desde luego una vista privilegiada de la pantalla. Sin aguantar a niñatos, ni pelmazos, ni gente comentando la película.
Todo un invento si no vas al cine habitualmente, claro, porque dos eurillos, pues duelen, pero para hacerlo de vez en cuando, está muy bien.