Si se trata de un apuro puntual y la persona tiene ingresos regulares, no vale la pena pedir nada a familiares y conocidos. Es preferible un préstamo rápido de estos que se anuncian tanto, o mejor un préstamo bancario, pero eso sí, ajustando unas cuotas que rebajen los intereses todo lo que sea posible.
Y ya sé que alguien opinará que está feo pedir intereses en un préstamo. Pero más feo es pedir un préstamo a un familiar o un amigo y encima exigir que cargue él con el coste financiero. Una cosa es prestar, y otra financiar, no son la misma cosa. Yo te presto 20 euros porque ahora no los llevas encima, para que hagas la compra del día, y me los devuelves mañana y no pasa nada. Pero no me puedes pedir 5.000 euros y prometer que los devuelves dentro de un año tal cual porque dentro de un año esos 5.000 euros ya no tienen el mismo valor y quien ha soportado la pérdida he sido yo y finalmente es como si hubiera prestado 5.000 y regalado 200 euros más a fondo perdido.
En España tenemos un complejo a la hora de hablar de dinero, es como si fuera de mala educación. Y con tal de quedar bien te perjudicas a ti mismo, perjudicas las finanzas de tu familia y tu libertad financiera, y eso no puede ser. Las empresas conocen muy bien esta debilidad y ofrecen atractivas ofertas vendiendo objetos caros por cuotas pequeñas, para que te dé vergüenza preguntar los detalles y contrates como ellos quieren. Así nos va. No hay que tener vergüenza de preguntar los detalles cuando tengas que pagar algo porque es tu dinero ganado con el sudor de tu frente y también hay que aprender a rechazar todo lo que perjudique nuestras finanzas y decir que "NO" con toda claridad, como en ese anuncio donde un amigo le pide dinero prestado a otro y éste le contesta "¿Pero tú qué te has creído, que yo soy <empresa de préstamos>?"
En una reciente tesis doctoral sobre temas financieros la investigadora concluía que en España mucha gente opta por un crédito o préstamo "fácil" (y caro) porque le da vergüenza o apuro solicitar un préstamo más ventajoso que podría obtener en una entidad financiera, buscando un poco. La cuestión no es trivial porque mucha gente que tiene un buen historial financiero (es decir no le constan deudas impagadas en registros de morosos) tiene abierta la posibilidad de acudir a los bancos; sin embargo aún así, esta gente desaprovecha esa posibilidad, y va a pedir el préstamo a empresas de créditos rápidos que le van a cobrar más.