El suelo está lleno de hojas mojadas, llueve.
En los escaparates la navidad hace presencia con su tormenta de ofertas y mentiras.
Los niños venden mantecados, y en las iglesias preparan sus cestas para la paga extra de navidad.
La lotería nos intenta convencer de que la probabilidad se llama suerte, y la gente compra cava porque todo el mundo lo hace.
En la televisión los niños escogen sus regalos. Los Reyes, un año más, se hacen llamar empresarios.
Caras largas, llueve.
Decenas de paraguas se agolpan a las puertas del colegio y un murmullo de voces se oye desde lejos.
La carretera se convierte en un arcoiris artificial transitado por cientos de máquinas desesperadas.
Distante a la multitud, sonrío, le hago cosquillas al cielo.
Llueve.