El problema de las balanzas es que , aunque un lado pese mas que el otro, el lado menos pesado también pesa. Hacer balance no es sino plantearse que duele menos, con que vamos a sufrir menos, nunca con que estaremos más a gusto. Es difícil afrontar situaciones en que decidas lo que decidas vas a sufrir y así es como siempre finaliza…
Un rato hablando y años de sentimientos vuelan por los aires, recuerdas hasta el roce mas nimio o el abrazo mas casto, te inundas de penas que no sabes si son debidas a la pérdida de la rutina, al miedo a volver a empezar, miedo a lo desconocido, a lo que ya no se recuerda, miedo a llegar a casa y estar sólo… ¿Por qué lo haces, pues? ¿por qué abandonas esa rutina que te da la felicidad? Volvemos de nuevo a la balanza, en un lado lo bueno, en otro lo malo pero los dos pesan. ¿acaso es mejor continuar aunque duela? ¿es mejor engañarse, porque no seguir duele mas? ¿Hasta que punto una mentira puede satisfacer?... pero… ¿realmente es mentira?.
Son momentos de incertidumbre… miro hacia delante y solo veo lo que dejo… no hay perspectiva, no hay futuro, sólo pasado, y no se por qué lo que ayer era una buena idea hoy es la peor decisión de mi vida. Sólo queda invocar el espíritu del tiempo sanador y rogar porque sea cierto que el tiempo cura todas las heridas. Atrás dejo una gran amistad, una confianza infinita y una compañera sublime…. Atrás dejo a la mejor persona del mundo, quizás porque no supe entenderla…
