Bueno, esto es un mini relato que hice ayer en mi querída libreta "Paranoia", así que la pongo aqui para ver lo que opina la gente de este mini relato, tanto si os gusta como si no, podéis decirlo, se lo he enseñado a unos pocos y bueno, la cosa va 2/1 (gente que le gusta/gente que no le gusta) :
Caminábamos de vuelta a su casa, eran ya pasadas las cuatro y media de la madrugada, las calles, desiertas y alumbradas por algunas farolas. "Acompañala a casa" me dijo uno de sus amigos antes de irse, la chica me caía bien, así que no me importaba acompañarla. En la fiesta, ella me dió conversación y entre algo de bebidas sin alcohol, un poco de baile y más conversación, la noche, aunque fria, se me hizo muy amena. No teniamos mucho en común: era ciertamente mayor que yo, unos 7 u 8 años, compartíamos la afición por la lectura, sumado a la mia por la escritura, encontré una buena base para hablar, habiamos coincididdo con anterioridad, pero nunca habiamos hablado tanto. Durante el trayecto hablamos poco, mucho se había dicho allí arriba y bueno, el frio de donde se hizo la fiesta me había dejado ligeramente afónico.
Nuestros pasos sonaban con cierto eco a causa del silencio, la verdad es que me sentía a gusto en este situación, las chicas no eran mi punto fuerte, el numero de ellas que han pasado por mi vida, como amigas, son ciertamente escasas, así que una situación como esta era algo nuevo para mi y daba gracias por no haber hecho nada de lo que pudiera haberme arrepentido todavía, mucha gente pensaría que exagero, pero cada persona es un mundo a fin de cuentas y si encima uno se enfrenta a situaciones en las que nunca antes había estado, supongo que era algo normal.
Finalmente llegamos a su portal, nos encontrábamos uno frente al otro y ella me dijo:
- Gracias por acompañarme.
- No es nada- contesté- lo hubiera hecho aunque no me lo hubieran pedido.
- ¿Sabes?, te quiero dar un regalo, cierra los ojos.
Eso me sorprendió ya que no esperaba nada, pero bueno, todo regalo, es bien apreciado, cerré los ojos y esperé a que me dijera "ya puedes abrirlos" o algo similar, pero en vez de eso noté sus calidas manos posándose sobre la parte inferior de mi cara, la alzó ligeramente y entonces fue cuando lo sentí, sus labios, suaves y calidos entraron en contacto con los mios, en aquel momento estaba recibiendo mi primer beso.
La sensación no sabía describirla, solo tuve una cosa clara, noté un calor agradable que me recorría todo el cuerpo, tuve más sensaciones, pero no supe identificarlas, pero las acepté de buen grado. El beso duró poco, pero a mi se me hizo aún más corto, cuando nuestros labios finalmente se separaron, volví a abrir los ojos y en su cara habítaba una bella sonrisa, en la mia, seguramente una mueca mezcla de felicidad y confusión, más de lo primero que de lo segundo claro. Entonces, con esa misma sonrisa dijo:
- Adios.
Y se metió por el portal, yo me dirigí a mi casa en silencio, pero muy feliz. Porque fue una gran noche, acompañada de un inesperado regalo, recibir mi primer beso.