EL LABERINTO.
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Preguntó el alumno de filosofía al maestro “¿Para qué se invento la demagogia?”. El maestro contestó “Para engañar a los ignorantes”. “¿Y la oratoria?” “Para engañar a los que se creen listos". ¿Y la retórica?” “Para engañar tanto a uno como a otro". “Entonces maestro, ¿Dónde está la auténtica verdad?” “Muy fácil, en la inocente mirada de un niño, en los hechos y sobre todo en la muerte".
Dogmatismo, catarsis moral, metamorfosis, cambios de chaqueta, demagogia que insulta la inteligencia más primaria, simplismos que por repetitivos llegas a creértelos, espadas de Damocles que penden amenazadoras como estalactitas sobre la cabeza del que sólo pretende sobrevivir digna y honradamente.
Dios mío, cuántas vergonzosas y burdas mentiras, maquiavelismo, retórica, nepotismo, el yo te doy si tú me das, el cuidado con lo que dices, la amenaza velada, la inducción cariñosa, avaricia, vanidad, dispendio, hedonismo, enchufismo, privilegios, globalización, ¿De verdad es este el mundo que queremos para nuestros hijos?.
Parece ser que somos maravillosos a la hora de pagar tan suculento banquete, en cambio, degustarlo ya es otro cantar. Quizás sólo nos queda ser convidados de piedra en un ágape que pagamos “todos” los ciudadanos. Tal vez lo de ambrosías para pocos y porquería para muchos, ahora cobre sentido.
Promesas que hieren tu ego, palabras que no aportan nada, sólo dolor. Hechos que te ponen en tu sitio, destino que te empuja al abismo … Tal vez la muerte sea la única verdad de esta miserable vida, donde nada es lo que parece. Buenos que sólo pretenden que los pongamos en un pedestal, malos que quieren pasar a la historia, presuntos tontos que no pretenden ni una cosa ni otra, sólo pasar desapercibidos en este maremagnum. ¿Alguien sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos? ¿O quiénes son los tontos y quiénes los listos?.
Diablos que garbean a sus anchas, políticos que en el pasado eran hijos del pueblo hoy se creen hijos de Dios, y en realidad son hijos de - - - - . Senderos que te llevan a ninguna parte, caminos que son dédalos pavorosos, ciudadanos aborregados por la cajita tonta, políticos que ayer fueron de derechas, hoy son de izquierdas y mañana “depende“.
FIN
UN ABRAZO DE TORI.
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