A mí hay una cosa que me toca mucho las narices de las precuelas en los videojuegos, y es que estamos acostumbrados a que las segundas partes nos traigan más de lo mismo pero en mayor cantidad, y eso no tiene ningún sentido en una precuela. Es decir, que si Dante en DMC tiene cierto número de movimientos y realiza X sobradas trasnochadas, para mí no tiene sentido que en una precuela parezca un luchador más poderoso y experimentado que en un momento posterior, o que Kratos aparezca con armas chachinovedosas y espectaculares que mágicamente desaparecen en los juegos posteriores. Es una tontería como una catedral, pero esa falta de consistencia a mí me corta el rollo.
Yo no le veo ningún problema a que la cosa empiece in medias res y jamás se muestre completamente la primera parte del puzzle, pero supongo que hay gente curiosa que quiere tener todos los datos y que le expliquen todo en lugar usar su imaginación. Si la precuela nace con el honorable propósito de dar explicar los orígenes del conflicto o el personaje del juego X y acaba resultando un producto de calidad, me parece justificada su existencia. De todas formas, si el argumento del juego no está cerradísimo (qué sé yo, porque se haya muerto el protagonista) me quedo con una secuela siempre que no esté cogida con pinzas.
Lo que sí que no aguanto son los spin-offs, los Versus y toda la basura sin pies ni cabeza derivada de ciertos juegos de éxito (¿Metroid Pinball? ¿Juegos de chocobos?). Argh, es que mira que son odiosos.