No voy a ponerme a defender estos títulos porque no me llama la atención ninguno. Pero ninguno. No estoy diciendo que sean malos juegos. Solo que a mí, francamente, no me interesan por sus características, por su acabado técnico, por su planteamiento, etc. Igual hay gente a la que sí y no voy a negar sus virtudes simplemente porque a mí no me interesen.
No obstante, me parece bochornosa la actitud casi generalizada de Internet ante estas cosas porque tengo la molesta impresión de que, si estos juegos me hubieran llamado la atención o hubieran tenido otras virtudes -cosas que habrían sido perfectamente posibles-, esa actitud de la gente habría sido exactamente la misma: menosprecio total a todos y cada uno de los productos anunciados solo porque no está Silksong. (Y lo peor es que todo hace prever que al final, cuando salga Silksong, el discurso será: "¿y tanto esperar para esto?".) Entonces, ¿para qué ver el evento en absoluto si al final la actitud, sea cual sea el evento, va a ser exactamente la misma?
Hay gente que necesita vivir en una presunta superioridad y menospreciar todo cuanto se le pone por delante, sea lo que sea, porque no es "el ideal que se espera" ni "está a su altura". Pero no para estar satisfecha, sino simplemente para sentirse superior a lo menospreciado y pasar a lo siguiente, que presuntamente la satisfará y será "lo mejor", pero luego resulta que... claro, tampoco, y hay que menospreciarlo igual, sea lo que sea. No importa lo que sea, lo disfrutado o vivido o no: en realidad solo importa dejar claro que "yo estoy por encima" y pasar a lo siguiente para hacer lo mismo. Me parece que esta actitud es muy cómoda y egocéntrica y que, al contrario de lo que pueda parecer, es consecuencia de la oferta abundante y digna y de tantos productos competentes que hay hoy en día, y no de lo contrario. Porque lo que esas personas tienen en mente no es algo concreto que sea razonablemente satisfactorio o simplemente bueno para lo que les interesa -cosas que, por pura estadística, tienen que existir aunque digan que no-, sino un ideal al que es imposible llegar nunca porque lo que tendrán delante, por el mero hecho de tenerlo delante ya como realidad, "nunca es suficiente". Y lo veo cada vez más, y no solo en el ámbito de videojuegos o consolas, sino incluso en el de relaciones de cualquier tipo: personales, profesionales, etc. Nada es "digno" de estas personas, a las que luego examinas fríamente y dices... "pero ¿qué se creen que son?". Y señalar esto no es fomentar el conformismo, sino evidenciar que la gente -con una soberbia incomprensible que cuela bajo el falso pretexto de alta exigencia o incluso de dignidad o autoestima- cada vez es más incomprensible e insoportable y ni ella misma sabe lo que quiere.