Mars Matrix = shooter vertical 2d de Capcom(concretamente Takumi), portado desde la placa arcade CPS2 y que desgraciadamente no se distribuyó en Europa.
Como buen shooter 2d moderno su desarrollo se caracteriza por cantidades absurdas de enemigos y disparos que formarán unos hipnóticos patrones por los que tendremos que surfear con nuestro pequeño avatar hasta toparnos de bruces con un "boss" cuyo repertorio de armas pondrá a prueba nuestra capacidad retentiva.
Para hacernos fácil la vida contamos con un escudo de uso limitado, similar al que aparecía en GigaWing, cuyo dominio es requisito indispensable para completar la media docena de fases que conforman el juego.
Corto, si, pero no olvidemos sus raices arcade. Hay que decir que estos juegos donde realmente brillan es en el modo score attack, y como más se disfrutan es intentando alargar el chorro de dígitos que define nuestra puntuación.
Los gráficos pueden pecar de obsoletos, e incluso feistas, ya que son prerenderizados en baja resolución, y con una paleta de colores algo rácana. Sin embargo el encanto de este juego (como otros de CPS2) es la cantidad de sprites, en ocasiones enormes, que llegan a pulular simultáneamente por la pantalla sin asomo de ralentización.
Y como es sabido, la invocadora de sueños se convierte en un titán cuando se trata de 2D puro y duro.
Los músicos de Takumi han creado una banda sonora típica de shooter futurista, esto es: techno machacón, sin embargo muchos temas presentan unas estridencias muy acorde al barroco aspecto gráfico del juego y confirman que audiovisualmente mars matrix es atrevido y original. "Marciano", nunca mejor dicho.
Por cierto, simpático el vocoder que nos anuncia el "game over". Está claro que estos de Takumi son amantes de lo retro.
Mars Matrix contiene montones de extras y opciones secretas que se activan alcanzando puntuaciones lo suficientemente meritorias, lo que reafirma la moción de que será en el modo score attack en el que más tiempo consumirá el jugador.
Resumiendo, me encanta este matamarcianos. Activar los extras engancha como poco, ha pasado más tiempo en mi DC que el exigente Sr. Ikaruga y es parada obligada para los aficionados a este rancio y entrañable sub-género.
Nota: el arcade original ha sido recientemente emulado en Mame.