Se necesitan títulos como este para que no se pierda el saborcillo frenético y acelerado de los arcade de conducción, y lo dice un amante de la simulación, pero juegos como PGR2 han demostrado que no está reñido cierto enfoque con el cuidado de las físicas.
Espero que aquí las carreras sean asfixiantes, los escenarios bonitos y que los coches tengan una buena física.